Archivo | abril, 2024

Conversatorio «Los 80´s en B/N» con Gio Palazzo

17 Abr

(Transcripción del Conversatorio en la UCA, con estudiantes de Comunicaciones)

Ponente: Gio Palazzo /Fotógrafo italiano

Martes 16 de abril de 2024

Emoción me da todo esto, encontrarme en una universidad con estudiantes de periodismo, alguien como yo que no está escolarizado. Tengo mucha envidia a uds.

Yo no he tenido esa oportunidad, pero intenté en el 80´, tenía 26 años trabajaba, me puse en condiciones de vivir convicciones, y experiencias con la cámara. Tenía la capacidad de hacer fotografías, eso no me impidió de vivir procesos particulares de la historia del mundo, más que todo en ese momento fue en Centroamérica, exactamente El Salvador.

¿Por qué El Salvador?  En el 80´ mataron a Romero, salió la crónica mundial con un evento dramático como el homicidio de Mons. Romero y en el occidente de Europa más que todo se vio como algo muy fuerte.

Después nos damos cuenta que aquí pasaba algo muy dramático, algo tremendo y en esa época yo, a los 26 años tenía tres elementos muy importantes. Para contestar, el por qué vine aquí todos los años. A los 26 años: cámara,  tenía una pasión muy fuerte para la fotografía social. Una ciudad obrera, origen campesino y me metía en todo evento de Derechos, luchas por causas, luchas por los campesinos, por los ancianos y todo eso, el movimiento feminista en los años 70´s, los estudiante. Todo. yo estaba metido en todo eso. Otra condición: la América Latina. La década del Golpe de Estado en Chile, que fue muy emocional en el mundo; en Argentina la Dictadura de los militares; Brasil y todo eso. Yo veía eso a través de los periódicos, revistas fotográficas donde salían servicios de grandes fotógrafos. Yo era un obrero, no tenía nada que hacer, llegamos al 80´, encuentro una revista  de fotografía y sale un servicio sobre Nicaragua, la insurrección de Managua, en el 79´, de Susan Maiselas, de la Magnum, la agencia más prestigiosa, fundada por Robert Capa. Pero yo, era un obrero, eso me volvió a decir, y en Europa salían además muchos Comités de Solidaridad, de origen católico, sindicalistas, universitarios, pero faltaba información, los textos de periodismo, las imágenes eran canalizadas, con usos comerciales.

Estaban las tres, cuatro agencias y todo salía por ahí y aquí llegamos a los problemas de dar información. Nosotros no teníamos dinero para comprar fotografías, los periódicos sí, cada día sacaban más o menos lo que pasaba en El Salvador, en La Prensa, el más grande, había un periodista, era el enviado especial que escribía para todo Centroamérica y El Salvador, él estaba en New York, escribía los textos en New York ¿Se imaginan que textos? Llamaba por teléfono, tenía uno aquí que le decía qué pasaba y él escribía los textos.

Me di cuenta que solo teníamos ese tipo de información. En un momento necesitamos materiales para recopilar información. En agosto digo, con mi cámara, mi dinero, el boleto, me voy. Voy a intentar saber más. Eso fue importante para mí, me puse en una condición y decir, porqué yo no puedo? Por qué solo los grandes fotógrafos, los grandes periodistas y yo no? Son más grandes claro, tienen dinero, les pagan, el Sheraton Presidente (Hotel). Saben ustedes lo qué costaba en esa época, $60 la noche, yo aquí en el centro en un lugar me costaba $2. Entiendan lo que  significaba eso, comiendo pupusas en la calle, en medio del pueblo, y eso significaba: meterme dentro de la condición del pueblo, mirando la vida del pueblo. Los otros canalizaban su material según la necesidad de los periódicos y las agencias que necesitaban cada día un tipo de material. Por aquí estuvo Luis Romero “La Muñeca”, Luis Galdamez, ellos hacían eso. Las agencias necesitaban sus materiales, los mejores.

Hemos hecho cosas de manera diferente, ellos para las grandes agencias, yo en una manera totalmente diferente. Los fotógrafos no solo hacemos clic, el fotógrafo tiene un cerebro, tienen su historia, tienen su conocimiento, tienen su sensibilidad, las visiones del mundo, de los problemas sociales. Entonces, cuando se toma la fotografía, yo o 10 personas más la haremos de manera diferente, dependiendo de lo que tenemos en la cabeza, de cómo miramos el mundo. Yo tengo mi manera, como expliqué antes, mi manera de meterme (a la foto). Entonces, hoy, la manera de tomar fotografías es muy parcial, o sea, la información de la imagen no es imparcial. O sea, la fotografía la podemos tomar todos, unos aquí, otros allá, pero lo que vamos a ver en la imagen y cómo la utilizamos esa misma imagen, ese es el punto.

Yo tenía en esa época las visiones del mundo, la necesidad de explicar las causas del conflicto, o sea, no necesitaba fotografías espectaculares, excepto un enfrentamiento, que estén los soldados disparando en un enfrentamiento. Me pasó, en el 82´, estaba con La Muñeca, Luis Romero, él es testigo nos emboscaron, fue el peor día de mi vida. Me tiraron balas, me puse bajo un árbol, a Juliam, otro camarógrafo le dieron en el brazo. Bueno, (para mí) no vale la pena morir para vender una fotografía, eso fue lo que me hizo entender. No vale la pena, porque esas son fotos para la portada de una revista. Miren Robert Capa, el barco de Normandía; mire, el miliciano de la guerra civil española. Sí, pero era falsificada, no era verdadera esa foto. No vale la pena morir para una foto espectacular.

La foto espectacular, ustedes la ven: son los campesinos en el campo. Tal vez el volcán de San Miguel, las vacas con que trabajan, espectacular porque no tienen zapatos. Si usted mira bien, la fotografía hay un latifundio de algodón, que nosotros en Europa, los países ricos compramos, que es más barato que aquí. Y cuando se lee la fotografía: campesinos con vacas que trabajan de una manera antigua, de 5 mil años atrás, en Egipto por ejemplo, no tienen dinero y con lo que ganan no tienen para comprarse un par de zapatos. Esa es una foto espectacular.

La foto espectacular son las mujeres que veía cuando iba en bus a San Miguel, San Vicente, Chalatenango llegaban un montón de mujeres con sus niños bajo el sol, al mediodía, con un calor tremendo, intentando vender unas naranjas, una coca cola, un pedacito de pollo, todo el día. Todo esas son fotografías espectaculares.

Yo, entonces, quiero explicar cuando me regresaba a Italia, ese tipo de fotografía, (es decir) era la causa de un conflicto social, económico y que se convirtió en una represión fuerte que se volvió un conflicto armado.

Tomar la fotografía de un saldado, la tengo. No son interesantes, (pero) al leer en la cara del soldado se ve grande con miedo, la cara de un muchacho joven. La cara de un guerrillero joven. Tengo fotos de todos los lados. 

Las fotos son espectaculares, deben leerse siempre y otras se utilizaron como para afiches, posters, etc.

La foto desde debajo de un soldado, ve al Rambo, pero le vez la cara, tiene 15 años. El Rambo de 15 años, esas son las contradicciones de la cultura de las armas, de la cultura violenta, la cultura que se resuelve todo de esa manera. Soldados heridos, ahí están. Yo eso tomaba, después de una emboscada en un hospital militar solo hay uniformes llenos de sangre, de todos los soldados que esperan a ser atendidos porque tienen un balazo en la pierna, la mano, ahí llorando, esas son las fotos espectaculares.

Por eso, la diferencia entre periodismo que sale para los diarios que necesitan símbolos, eso yo no lo hago, yo voy al revés, me voy a los lugares y tomo la fotografía, de los precios (por ejemplo) de la comida en estos momentos, que explica la economía. Lo he hecho este domingo, en el supermercado. Tomé con el celular la foto a las pilas. $3 una piña. En Italia es a dólar, la piña sale de aquí para Italia, pero el salario de un obrero allá es  veces mayor que aquí.

Eso explica todo, la motivación para explicar las contradicciones económicas, eso yo lo pienso y con la fotografía, la voy a explicar.

La causa de todo eso que no es ideológico, no; aquí ven cara de campesinos, mujeres, no son ni comunistas, quieren comer, quieren trabajar y Mons. Romero, es un ejemplo pidiendo justicia, trabajo, un salario más justo. ¿Bueno era comunista? No. En Italia para también, se dice eso, son revoltosos. Siempre así te dicen.

A mí nadie me conoce en el mundo, en los periódicos, en la historia, y no quiero que me reconozcan, porque no son los canales donde me expongo. No me interesa hacer exposiciones en una Galería de Arte grande, exposiciones oficiales donde la alcaldía de Turín, que hace estas cosas grandes, donde invita personajes políticos y todo eso, no, no quiero eso.

Yo lo hago, (expongo) en mejores lugares donde está el pueblo, tal vez solo hay 5 personas, pero es suficiente, son lugares de todo tipo, para todos.

Lo que hago es explicar, soy libre de decir lo que quiero. Explicando de otra manera. Esta gente (que sale en las fotos) son los enemigos sociales y económicos, son las causas de estas contradicciones.

Respecto a la autorización de mi material, se puede utilizar para analizarlo, enseñar que son por ejemplo, los comités de solidaridad de toda época y tipo, todo aquel que quiera platicar, criticar, discutir en toda forma. La exposición es una cervecería, cualquier lugar puede ser, universidades, escuelas, escuelas primarias. A los jóvenes les enseñaba qué son los refugiados, y todo eso. Las condiciones de los tugurios, hay mil formas de explicar  el mismo concepto de las contradicciones de todo esto.

Hay mil maneras, tenemos que entregarla de varias formas, depende de dónde estamos y adaptamos todo. Después la utilización. Ahora que las fotografías están, ya 11 años en el MUPI, donde todos pueden llegar y estudiarlas.

La semana pasada llegué, me entregaron un libro, en el cual tiene fotografías mías. Esto es historia, utilizando mis fotografías. Todo esto es parte de la historia de los años 80´s que se están utilizando ya de varias formas.

Bueno, hasta aquí me quedó muchas gracias.

Gio Palazzo un obrero de la fotografía de guerra

17 Abr

La fotografía espectacular muestra la realidad que vive un pueblo: Gio Palazzo

Por: Iván Escobar

A sus 26 años llegó a El Salvador, un país que solo había conocido a través de despachos periodísticos que llegaban a su natal Italia, Gio Palazzo era un joven inquieto, que acompañaba las luchas sindicales, feministas, sociales en su tierra, y por supuesto, un apasionado en captar la luz y el movimiento, es decir, la fotografia.

Desde siempre ha estado rodeado de su cámara y ha retratado lo que busca. Así llegó a El Salvador, a cubrir una guerra en 1980 y por una década registró el más violento conflicto armado de la región centroamericana. Trabajaba como obrero durante todo el año, y en sus vacaciones de agosto viajaba para documentar la guerra. Pero no quería trabajar para ningún medio de comunicación impreso, mucho menos ser corresponsal, solo buscaba con su cámara aquellas escenas que dieran sustento a los mensajes y retrataran la realidad del por qué de esa guerra.

Más de cuatro décadas después, vuelve a El Salvador y trae con él, un cargamento de fotografías que muestran ese pasaje de la guerra, que dejó en el país centroamericano una estela de muerte y destrucción, más de 70 mil víctimas mortales, más de 24 mil desaparecidos, miles de lisiados y heridos producto de un conflicto que hasta hoy, sigue siendo objeto de estudio para muchos. Y otros advierten, que las causas reales de la guerra persisten en este 2024, es decir, la pobreza, marginación, exclusión entre otros, frente a otros actores políticos, en medio de una paz que se firmó en 1992, un acuerdo que hoy es despreciado y casi invisibilizado por la nueva generación política.

La fotografía espectacular

La fotografía espectacular muestra la realidad en que viven las personas, no es aquella en la cual solo te arriesgas para tenerla, es simplemente demostrarle a los demás a través de una imagen existe un realidad contraria a las cosas bonitas que nos suelen vender, esa es la filosofía de trabajo del fotógrafo italiano, Gio Palazzo, quien está en el país en el marco de la muestra fotográfica: “Los 80 en Blanco y Negro”.

“No vale la pena morir para vender una fotografía…porque (ese material), son fotos para las portadas de una revista, de un periódico, no vale la pena morir para una foto espectacular”, remarca el fotógrafo de guerra en un encuentro con estudiantes de comunicaciones de la Universidad “José Simeón Cañas” (UCA), en el marco de la promoción de su muestra fotográfica.

El profesional de la fotografía, acompañado de Carlos Henriquez Consalvi, director del Museo de la Palabra y la Imagen, llegó puntual a este conversatorio, donde por espacio de una hora y media, compartió sus experiencias, las razones que lo trajeron a la nación centroamericana para cubrir la guerra, y regresar a su tierra y dar a conocer el sufrimiento de un pueblo, a lo largo de una década.

Frente a los jóvenes estudiantes Palazzo habla y comparte anécdotas, así como experiencias y sobre todo el cariño que llegó a ganarse en este pueblo, en su gente, en las calles, incluso resalta que se ganó el respeto de soldados y guerrilleros, quienes a pesar de ser un extranjero más que daba seguimiento al conflicto, entendieron que su rol no era más el de retratar lo que estaba pasando.

En sus visitas al país, que eran una vez al año, en el mes de agosto, pues venía de forma independiente, sufragando sus gastos, y exponiéndose a cualquier peligro, pero consciente que no buscaba el protagonismo, ni mucho menos la fama. “A mí nadie me conoce en el mundo, en las imprentas, en los periódicos, en los libros…y no quiero que me reconozcan porque no son los canales donde me expongo”, precisa.

Al tiempo que su labor siempre estuvo y sigue estando al servicio de los comités de solidaridad, iglesias, grupos sociales, entre otros que tengan interés en que las imágenes acompañen un mensaje, un discurso encaminado a la solidaridad.

Gio recordó que en el país, fue capturado en dos ocasiones, pero no sufrió ningún tipo de agresión y logró salir adelante, a pesar de no estar respaldado por ningún medio de comunicación internacional o agencias de prensa, como otros de sus colegas estuvieron.

Una década retratando la otra cara del conflicto

En la década de los 80´s retrató de primera mano el conflicto armado salvadoreño, desde una visión meramente humana, en momentos donde las libertades estaban coartadas en la nación centroamericana, además logró esquivar muchos obstáculos, y captar a través de su lente una amplia gama de imágenes que hoy en día, son un registro de memoria palpable.

A sus 70 años, Gio Palazzo ha regresado a El Salvador, y la semana pasada en el Museo de la Palabra y la Imagen, inauguró la exposición “Los 80 en Blanco y Negro”, un legado fotográfico, que además lo donó a este espacio de resguardo de memoria e historia salvadoreña. Las fotografías donadas al MUPI, son 4 mil imágenes en blanco y negro, y se suman a las 6 mil que el fotógrafo donó en 2013 a este mismo espacio, como parte de su compromiso con la memoria e historia.

“El legado de Gio en las 10 mil fotografías que ha entregado al museo tiene un valor inmenso para la historia del país, para la memoria; pero fundamentalmente por la forma en que él capta estas imágenes con un profundo humanismo, con una sensibilidad social y un compromiso único”, puntualizó Carlos Consalvi.

“Es el lado humano de las personas, es el fenómeno del conflicto que tiene otras raíces, las personas son muchas veces pobres campesinos, no es culpa de ellos, es la realidad que se tenía”, añade Palazzo.

Y remarca que su trabajo no estuvo sometido a la dinámica de los medios de comunicación ni las agencias, su trabajo fue más directo con la realidad, se desplazó por el territorio haciendo sus propios contactos, conociendo a la gente, internándose en los campos y cuarteles, donde documentó la guerra, y entendió muchas situaciones.

“La fotografía espectacular son los campesinos en el campo, tal vez el volcán de San Miguel, las vacas con que trabajan, eso era espectacular ¿por qué? Porque no tenían zapatos…no tenían el dinero para comprarse un par de zapatos, esa es una foto espectacular”, señala, así como las mujeres que veía en sus viajes en autobús a los frentes de guerra, cuando en las terminales con sus hijos en brazos, vendían refrescos, fruta, comida en medio del calor del mediodía, “esas son fotografías espectaculares”, sostiene.

En la trayectoria de Gio, estuvo presente el compromiso ético y profesional, esto asegura a pesar de no poseer los estudios correspondientes, “yo era un obrero, que cada año venía y tomaba fotos”, así se describe, cuando llegó a sus 26 años a estas tierras, hoy que está de regreso, quiere seguir haciendo cosas diferentes, siempre en el marco de la preservación de la memoria y el estudio de la fotografía, con las nuevas generaciones, es una tarea que se plantea y afirma que lo hará realidad. Esta exposición fotográfica, le ha permitido retomar muchas ideas, y asegura que de los conflictos de la región centroamericana, El Salvador es el país donde más documentó fotográficamente la guerra; ya que en Nicaragua y Guatemala, lo hizo pero sus archivos son menos.

Consalvi invitó a los padres de familia, a los centros educativos del país, y al público en general a visitar la muestra fotográfica, a fin de conocer más del trabajo de Gio Palazzo, y la memoria que dejó en estas imágenes.

«Memorial del silencio» un recorrido poético por el tiempo

12 Abr

Una antología poética que nos habla de la experiencia de la vida

Por: Iván Escobar

“A mis 87 años, los años pesan, en este libro recojo siete décadas de trabajo literario, que hoy se materializa en esta selección antológica, y comparto con ustedes” son parte de las palabras que expresó, el reconocido periodista y escritor salvadoreño, Renán Alcides Orellana, en la presentación de su más reciente obra literaria.

“Memorial del silencio” es un poemario que reúne sus escritos poéticos, desde su infancia hasta 2023, compartió el escritor, quien a sus 87 años de edad, no descarta próximas publicaciones.

La presentación del libro tuvo lugar, este jueves 11 de abril del presente año, en la Pinacoteca de la Universidad de El Salvador, espacio en el cual escritores de diversas generaciones, estudiantes y público en general compartieron con el autor, sobre diversas anécdotas alrededor de esta nueva publicación.

Renán Alcides Orellana es poeta, escritor y periodista, nacido en 1936 en Villa El Rosario, departamento de Morazán; ha ejercido el periodismo por más de seis décadas, y a la fecha ha publicado 14 libros, entre poemarios, narrativa, anécdotas periodísticas, entre otros.

Su poesía inició desde la infancia, cuando estando en su pueblo natal participó y escribió sus primeros versos, que posteriormente fueron publicados en un diario de circulación nacional. El primero de los poemas de la antología presentada, cuenta con este poema, que fue dedicado a su madre Ana Olivia, y el cual tituló: “Postal”.

Pero también, el autor además de compartir sus experiencias de vida en su natal Villa El Rosario, sus seres queridos, sus años de juventud en la Universidad de El Salvador, habló de una etapa dura en su quehacer profesional, como fue sufrir junto a su familia el exilio, a causa de la guerra que vivía el país, en los años 80´s.

Los asistentes, entre ellos estudiantes, escritores y público en general destacaron la labor periodística y literaria del autor, del cual esperan contar con más trabajos próximamente. Renán Alcides Orellana afirma que el tiempo lo dirá, por ahora no puede comprometerse, pero sí cuenta con material para más producciones.

La obra forma parte del trabajo que el autor busca recopilar y dejar como testimonio de su amor por la poesía, la vida, sus seres queridos, y valorar los años recorridos. “El libro es un recorrido…desde la inmadurez provinciana del verso de los años cincuenta del siglo pasado, allá en los escondidos y olvidados rincones del norte de Morazán, al oriente del país, hasta los intentos de asumir las normativas del buen decir poético, esta antología es reflejo del amor acumulado y del sentimiento más puro del poeta”, precisó.

Por su parte, Danilo Umaña, poeta y quien presentó junto a Alcides la obra, dijo “…no es un parte de guerra. Es un parte de paz y de esperanza, es un recorrido por los tesoros con que la vida premió la generosidad literaria de Renán”.

La obra ya está disponible y puede ser adquirida a través de su autor, con la misma Renán Alcides Orellana, puntualiza que la poesía no busca solo el valor monetario, sino llegar a las personas y que se identifiquen con los versos y las historias, es así que ha experimentado una especie de crónica poética para ser disfrutada por todos. 

Mons. Romero modelo de inspiración para FUNDAFILIA

7 Abr

Padre Mauricio Merino presentó su libro basado en el pensamiento y testimonio de Mons. Romero

Por: Iván Escobar

En el marco del 44 aniversario del martirio de Mons. Oscar Arnulfo Romero, presentó este domingo 7 de abril del presente año, en la Casa sede de la Fundación Juvenil FILIA (Fundafilia), el libro: “Espiritualidad del Pastor Diocesano” desde el pensamiento y testimonio de Mons. Romero, escrito por el padre Mauricio Merino.

El religioso quien actualmente es director de FUNDAFILIA, destacó la importancia de presentar este libro, en el marco de un nuevo aniversario, en un primer momentos se había programado la presentación para el día 24 de marzo, como parte de las actividades conmemorativas al 44 aniversario del martirio del obispo y mártir.

No obstante, algunos ajustes en el proceso final de impresión, en esa oportunidad solo se logró desarrollar un conversatorio para hablar del proyecto, que forma parte de todo el trabajo que actualmente desarrolla FUNDAFILIA, en la zona de San Vicente, donde impulsa diversos proyectos encaminados en su mayoría a la atención y apoyo a los jóvenes, siempre bajo el pensamiento de Mons. Romero, indicó el padre Merino.

Ya este domingo, 7 de abril, se logró la presentación del libro, que es producto de la tesis doctoral que el padre Merino culminó el año pasado en Roma, Italia; y la cual a su regreso al país, en agosto de 2023 la presentó en la Cripta de Catedral donde descansa San Romero, y donde anunció su compromiso de continuar impulsando su trabajo bajo la bendición de Dios, y la inspiración de Mons. Romero.

“Este trabajo tiene varios años” enfatizó el padre Merino, en referencia a que durante su proceso de formación como sacerdote, en sus más de 25 años de trabajo pastoral, su principal inspiración ha sido Mons. Romero. Después de Dios, San Romero, ha estado presente en cada proyecto o iniciativa que impulsa, y ahora asegura que desde FUNDAFILIA está impulsando un trabajo no propio, sino bajo la conducción de Dios, que “es el que me ha puesto acá”.

“El doctorado no es algo que yo he querido hacer, el señor me puso en el camino esa tarea” afirma. Al tiempo que la tesis doctoral es parte de la preparación que inició con la licenciatura en Teología Espiritual, que también estudió en Roma, años atrás, y ahora se profundiza con el doctorado, dejando como resultado el libro, que es de acceso a todos desde ya.

Recuerda que su trabajo siempre lo ha basado en Mons. y su tesis general la iba a desarrollar sobre Mons. Romero, pero con la investigación y estudio se fue dando cuenta que había que dejar testimonio a partir de la espiritualidad del pastor diocesano, basándose ya en el pensamiento y testimonio del obispo mártir.

“Yo era como un minero en una montaña, que llegaba a una mina y buscaba un tesoro. Al final no encontré un tesoro, sino que encontré muchos tesoros, permitiéndome tener otra perspectiva, otra visión, otra actitud…y a la vez vivir una experiencia directa de esa presencia de Dios”, reflexiona.

Destaca que en este andar, y a su regreso al país, en San Vicente, se consolida la donación del inmueble que hoy alberga las instalaciones de FUNDAFILIA, donde se impulsan más de 30 proyectos, cuenta con espacios para capacitaciones, museo, cafetería, una capilla, que fue bendecida el pasado 24 de marzo, por Mons. Elías Rauda; así como el terreno para edificar el santuario Coatlaxopeuh, ubicado a unos kilómetros de la sede, y en el cual se construirán este año instalaciones para desarrollar encuentros y retiros, y contará con sendas de reflexión, entre otras, precisó.

“Dios me ha sorprendido, yo buscaba un tesoro, realizar doctorado, concluir con una tesis…yo en Mons. Romero encontré un tesoro, y a Dios que realmente es el que está cerca de mí…era el sueño de Dios…mi obras, son obras de Dios, que al final él me ha dicho: yo las estoy haciendo; y yo solo soy un colaborador de Dios”, expresó.

El padre Merino espera en los próximos días, presentar su libro en San Salvador para dar a conocerlo entre los salvadoreños, y así continuar su labor de difusión del pensamiento de Mons. Romero.

La actividad cerró con un concierto de la Orquesta Juvenil Filia, otro proyecto que apoya el padre Merino, y con orgullo presenta como uno de los grandes resultados del trabajo en comunidad y en favor de la juventud.

Actividades para San Romero

FUNDAFILIA desarrolló una serie de actividades en marzo pasado, en el marco del 44 aniversario, es así como desarrolló por primera ocasión la peregrinación: “Caminando con Mons. Romero”, la cual salió desde sus instalaciones en San Vicente hasta el Santuario Coatlaxopeuh, lugar en el cual se edifica el primer espacio para la reflexión en torno al pensamiento de Mons. Romero.

Este espacio será consagrado el 15 de agosto de este año, por Mons. Elías Rauda, Obispo de la diócesis de San Vicente, en el marco del 107 aniversario del natalicio de Mons. Romero, confirmó el padre Merino.

Además en esta ocasión se realizó el Conversatorio y exposición fotográfica: “Mons. Romero y su legado”, entre otras actividades que FUNDAFILIA impulsa en favor del pastor mártir.