Por: Iván Escobar
Eduardo es un pequeño niño de 10 años, muy inteligente, de amplia sonrisa y mirada alegre, el brillo en sus ojos, irradian energía a todo aquel que le conoce. Vive con sus familiares, entre ellos su abuelita y hermanos.
Como todo niño le gustan los juegos, y es uno de los chicos que forman parte de la Escuela Alternativa Timuweyaltikan. Reside en el municipio de Santiago Texacuangos, al sur de la capital, y desde muy temprana edad, “a los 6 años”, dice con propiedad y orgullo que aprendió el oficio de zapatería, a su corta edad es muy diestro en el manejo de la máquina de coser.
Su familia es una cadena de producción de calzado, de la cual forma parte el pequeño Eduardo, y de la que todos contribuyen con su labor a la economía familiar, y él logra conseguir dinero para sufragar sus gustos.
Durante su participación en las últimas semanas en la escuela alternativa, aprendió muchas cosas junto a sus compañeritos y vecinos de la Colonia 3 de Mayo. Es así que hoy sabe sus primeras palabras en náhuat, las que aprendió cuando comenzó el proyecto, además se les enseño de valores familiares, el respeto a la naturaleza, y lo que más le ha gustado es el canto especial, que ya es un himno de la escuelita.
Canta a todo pulmón, se siente feliz con sus maestros, y comparte con sus compañeritos en cada reunión. También dice que tiene que trabajar, y para ello tiene que cumplir un horario determinado, antes de la diversión y el juego.
Al final de una de las jornadas en la escuelita Timuweyaltikan, compartió que “por fin pude comprarme mi bicicleta, ya pude pagar lo que debía”, pero al mismo tiempo expresa con cierta decepción que está preocupado porque la misma requiere de una inversión económica extra, para que esté en óptimas condiciones. “Tengo que comprarle algunas cosas y repararla”. Estos gastos los realiza con la paga que recibe por ensamblar forro de calzado para mujer.
Una alternativa y un aprendizaje
“Soy un niño salvaje, inocente libre y silvestre. Tengo todas las edades, mis abuelos viven en mí”, es la canción que comparten cada tarde las niñas y niños de la escuela Timuweyaltikan, un esfuerzo que es acuerpado por la Asociación de Arte y Cultura para el Desarrollo Social (As-Arte) Internacional, y que en este 2021 ha comenzado el esfuerzo en distintas comunidades encaminadas a darle a los niños la oportunidad de recibir un aprendizaje sin estrés, y a través del canto, el conocimiento ancestral y el compartir y aprender entre todos.
Eduardo está motivado con el proyecto, en la zona algunos niños han tenido que dejar la escuela tradicional, en primer lugar por la pandemia que literalmente los encerró en sus casas desde 2020, y además por las condiciones económicas que enfrentan sus familias. Timuweyaltikan se convirtió así en una opción para los padres, ya que además es un espacio inclusivo en su metodología de enseñanza, pues en el plantel de alumnos hay niños de diferentes edades y otros con capacidades especiales, que a través del juego y la música se integran en las diversas actividades.
Los maestros que forman parte del proyecto están motivados por la recepción de los niños y el apoyo de los padres de familia, “y en especial por el aprendizaje significativo que se les da de una forma lúdica, dinámica e integradora”, comentó Flor de María Orantes, maestra de profesión y parte del equipo de docentes de Timuweyaltikan.
Por su parte, la presidenta de As-Arte y también docente de la escuela alternativa, Yamar Durán añadió “que cada comunidad y cada niño tienen un entorno propio, el cual debe tomarse en cuenta a la hora de trabajar con los niños, y eso se busca desde Timuweyaltikan, enseñar y aprender de los mismos niños”.
As-Arte y Timuweyaltikan celebraron la navidad
As-Arte y la escuela alternativa a través de su labor social, realizaron el pasado 7 de diciembre del presente año, una celebración navideña para los niños de Timuweyaltikan, con la cual cerraron las actividades de aprendizaje correspondientes a 2021, y en el marco de las festividades de Navidad y fin de Año.
Los niños y niñas reventaron piñatas, compartieron golosinas y pastel, así mismo recibieron una dotación de juguetes, ropa y calzado, que se logró recolectar a través de la campaña impulsada por As-Arte desde septiembre de este año. “Agradecemos a quienes se solidarizaron, y les decimos que ver estos niños felices y con sus regalos, es una gran motivación para continuar con nuestro esfuerzo. Gracias a todas las personas que apoyaron de una u otra forma”, acotó Durán.
Eduardo iba feliz con la donación de juguetes, así como la adquisición de dos pares de zapatos deportivos que le quedaron a la perfección. “Hoy sí Eduardo vas cargado”, le decían los vecinos, incluso sus mismo compañeritos, al verle subir por la empinada cuesta que lo lleva hasta la casa, mientras cargaba con entusiasmo una bolsa blanca que no soltaba por ninguna razón.
Cada integrante de la escuelita recibió sus juguetes y ropa, lo cual se reflejaba en sus caritas. Los organizadores se mostraron contentos pues las donaciones han permitido llevar más diversión a otras comunidades, con el apoyo de amigos y donantes solidarios.
Una bicicleta para Navidad
Eduardo además de trabajar comparte juegos con sus amiguitos. La bicicleta que tiene por ahora, y que necesita de muchos ajustes, la utiliza también para la entrega de los productos encomendados en su trabajo. “Ahorita no puedo detenerme, tengo que llevar este pedido”, pasa con rapidez cuesta arriba, mientras pedalea con dificultad en su bici sin frenos y llantas lisas, su sonrisa no se diluye en el apresurado paso.
Él al igual que muchos niños, se ilusiona en estos días de Navidad, sabe que un regalo cuesta que llegue, por eso, se sintió tan feliz el martes 7 de diciembre, cuando le quedaron los zapatos de luces, compró unos juguetitos en el tianguis que se hizo durante la fiesta, y comió pastel y golosinas con todos.
“Me gustaría una bici nueva, pero son muy caras”, dice entre alegría y resignación, pues tiene un deseo contar con una buena bicicleta, que además de darle diversión le permita cumplir su tarea laboral. Todo el dinero ganado en varios días, con su trabajo arduo, lo invirtió en la bici actual, sabe que de un momento a otro se puede quedar sin ella, ya que las reparaciones demorarán algún tiempo, mientras reúne el presupuesto requerido.