Archivo | diciembre, 2023

Solsticio de invierno, es el inicio de importantes ciclos

21 Dic

Prácticas ancestrales en torno al solsticio de invierno 2023

Por: Iván Escobar

Fotografías: archivo/Iván Escobar

Las poblaciones originarias en El Salvador al igual que en otras partes del planeta, se preparan para recibir este jueves 21 de diciembre, el Solsticio de Invierno, fecha en la cual se tendrá el día más corto y la noche más larga, o viceversa de acuerdo a la ubicación terráquea en que se encuentran las comunidades o asentamientos. Desde la cosmovisión indígena los solsticios y los equinoccios representan el inicio de importantes ciclos.

En la cosmovisión indígena de nuestro país, y siguiendo el calendario de los nahuales, este 21 de diciembre corresponde al nahual Ulim (movimiento), lo que representa el cambio, el inicio de algo, por lo que el solsticio se conjuga en una atmósfera de cambios y transformaciones.

En este contexto, para estas fechas se han programado ceremonias ancestrales para honrar al padre sol. Una de ellas tendrá lugar en el Sitio Sagrado Ceremonial “San Andrés”, ubicado en sitio El Niño, departamento de La Libertad, la cual ha sido convocada por el Consejo de Principales Ajq´ijab´ mayas de El Salvador. Simultáneamente se llevará a cabo una ceremonia en Quelepa, departamento de San Miguel, ambas están convocadas para las 9:30 de la mañana de este jueves 21 de diciembre.

En horas de la tarde, siempre del jueves 21, a las 3 de la tarde la Federación de Pueblos Originarios del Sur (FEPO-Sur), AFROES y representantes de las comunidades participarán en la ceremonia ancestral de solsticio de invierno, en el Tunal Yucan (conocido como cerro de San Jacinto). Este altar fue consagrado en octubre del presente año, y forma parte del trabajo de la Federación por contribuir al rescate de las prácticas ancestrales y espirituales en la zona central del territorio.

Por la noche, a las 7:30 de la noche, en el sitio conocido como: “Espiritu de la Montaña”, en la zona oriental del país, se realizará la Ceremonia de Solsticio de Invierno. “Es el momento para acomodarse en el lecho de la madre tierra, arropados por las capas del frío y la oscuridad, y aprovechar el calor de la respiración para compartir historias con familia y amigos; esto calienta la mente para buenos pensamientos, calienta el corazón y el espíritu”, precisaron los organizadores.

Quienes además, añadieron que esta fecha, “es momento para reflexionar con intención de gratitud por la cosecha producida en los días más cálidos y todas las cosechas en nuestras vidas, dar gracias a nuestros ancestros por guiarnos en este proceso”.

“Únete a nosotros para apoyar las prácticas ancestrales espirituales de los pueblos nativos (indígenas) y honrar esta celebración del sagrado solsticio de invierno”, precisan los organizadores.

Solsticio de Invierno una celebración universal

A escala universal, el comportamiento de los astros, el estudio del movimiento de la madre tierra, y la energía del sol, han sido motivo de estudio por generaciones de pueblos en todos los territorios. Las poblaciones indígenas, estudiaron este comportamiento y aprendieron el lenguaje de los astros. Por ello, en las zonas nórdicas, países del norte, así como poblaciones de Mesoamérica, al igual que en tiempos pasados, mantienen hoy en día importantes rituales, en donde a través de elementos naturales, y como eje central, el fuego se funden grandes tradiciones y conocimientos que han perdurado de generación en generación.

Por ello, en cada cambio de estación, (dos en el trópico, y cuatro en las zonas polares), las poblaciones originarias saben que la armonía entre las poblaciones y la naturaleza, es fundamental para el crecimiento personal y espiritual de los pueblos.

El respeto a la naturaleza y sobre todo comprender el paso de sus elementos: saber cuándo se acerca el invierno, y cómo este puede beneficiar la cosecha próxima; entender el movimiento de la tierra, y no ser sorprendido con una tragedia; conocer las propiedades de las plantas, para curarse y sobrevivir, es parte de la comprensión ancestral que por generaciones han mantenido vivas las tradiciones y costumbres entre las poblaciones originarias.

Cabe destacar, que “Solstitium” significa: “solquieto”. Esto se debe a que, durante el Solsticio de Invierno, el sol parece detenerse en su movimiento hacia el sur y comienza a avanzar hacia el norte. Después de este punto, los días en el hemisferio norte comienza a alargarse gradualmente, explican los conocedores en la materia.

“El 21 de diciembre se celebra el solsticio de invierno, momento en el que el Sol “se detiene” y podemos bañarnos en todos los espectros de su poder”, se añade, es decir que en este día, las energías fluyen en esta fecha de manera que pueden aprovecharse al máximo por los seres vivos, es cuando el sol alumbra más fuerte, por ende hay que aprovechar su energía para emprender nuevos rumbos.

“En algunas partes del mundo, el Sol se encuentra en su punto más débil, provocando la noche más larga del año…en otras partes del mundo se encuentra en su punto más fuerte, provocando el día más largo del año. Pero no importa dónde vivas, todos podemos aprovechar las increíbles energías de esta época del año”, afirman aquellos que interpretan estos procesos.

Más ceremonias

La Asociación de Consejos de Pueblos Originarios de Cuzcatán (ACOPOC), desarrollará su ceremonia Nahuat-pipil de Solsticio de Invierno, el próximo sábado 23 de diciembre, a las 10 de la mañana, la cual se celebrará en el cantón San Rafael, Catarina Masahuat, departamento de Sonsonate.

Otras poblaciones y organizaciones que trabajan con las comunidades, celebran en estas fechas, ese renacer y ese encuentro de conexión con los elementos naturales, como fuerza vital para enfrentar los nuevos tiempos que se acercan.

Las prácticas ancestrales y tradiciones indígenas son parte del crecimiento de los pueblos, en nuestro país, se desarrollan sin mayor promoción, ya que aún se conservan prácticas que la “sociedad moderna” cuestiona o critica, y no abona mucho a la pureza de las mismas. Pero otros, creen importante en pleno siglo XXI que la sociedad en general conozca y valore estos conocimientos que son encuentros con ese conocimiento sabio de los ancestros, y que las nuevas generaciones deben respetar.

Cierre de Casas de Cultura provoca malestar y preocupación en gremios artísticos

16 Dic
Sede actual en San Salvador de la Casa de la Cultura, que comparte con el Coro Nacional (Foto tomada de internet)

Espacios de difusión y aprendizaje cierran tras 50 años de servicio a las comunidades

Por: Iván Escobar

Descontento, malestar, incertidumbre y desesperanza ha causado en las últimas semanas, la noticia del cierre de varias Casas de la Cultura a escala nacional. Cierre que se da en el marco del 50 aniversario de fundación de estos espacios de enseñanza para artistas locales, así como oportunidad de desarrollo de nuevos talentos en las comunidades.

Las denuncias van desde peticiones expresas al Ministerio de Cultura y al mismo presidente de la República, Nayib Bukele, para que no cierre estos espacios, que juegan un papel fundamental en las poblaciones donde existen desde la década de los 70´s.

Las Casas de la Cultura nacieron la mayoría en 1973, este 2023 muchas de ellas cumplieron 50 años de fundación, y han sido por muchos años importantes espacios para la comunidad y en particular artistas locales, quienes además de recibir talleres de formación, compartir experiencias, les permite exponer sus obras y desarrollar aprendizajes en colectivo.

A escala nacional según datos del Ministerio de Cultura, hasta 2022, se contabilizaban un total de 160 Casas de la Cultura. Recordar que esta red de espacios abrieron sus puertas en tiempos difíciles para el país, donde imperaba el militarismo, particularmente en la administración del Coronel Arturo Armando Molina. No obstante,  se daba un apogeo a los espacios culturales.

Las primeras casas que se inauguraron: Cojutepeque, Usulután, Santiago de María, Sensuntepeque, La Unión, Ahuachapán, La Libertad, la de la colonia Zacamil (en Mejicanos), y San Francisco Gotera.

Los cierres se dan a un año de reconocer su valor

La actual administración gubernamental anunciaba con bombos y platillos, al menos en los medios oficiales, en octubre de 2022, la inversión de más $650 mil dólares en lo que denominó “relanzamiento” de un grupo de Casas de la Cultura que serían revitalizadas y contarían con equipo informático de última generación, entre otras mejoras.

Hay que tener en cuenta, que los presupuestos para el sostenimiento de estos espacios, desde el gobierno central han sido lo mínimo –y no solo en esta administración, sino en todas-, esto ha sido un factor para que incluso no cuenten a la fecha, con inmuebles propios. Es decir, la mayoría de Casas de la Cultura están en propiedades alquiladas, lo cual les afecta en su labor de servicio a la población.

En total, serían beneficiadas con esta nueva fase 43 Casas a escala nacional, de acuerdo a la información ofrecida en 2022, por Mariemm Pleitez, ministra de Cultura, mientras inauguraban las primeras 12 de ellas, en un proceso de modernización de las mismas, en esa ocasión no se hablaba de cierre, sino de fortalecerlas.  

El gobierno celebraba la “recién modernización” de las Casas de: Santiago Nonualco, El Rosario, Cojutepeque, San Rafael Cedros, San Vicente, Anamorós, San Francisco Gotera, San Rafael Oriente, Chapeltique, Chinameca, Metapán y Texistepeque, de acuerdo a un artículo publicado en la página del ministerio, fechado 28 de octubre de 2022, y acto celebrado en el municipio de Santiago Nonualco, departamento de La Paz.

Irónicamente los cierres afectan casas “modernizadas”

En redes sociales, rumores y pláticas desde comienzos de diciembre del presente año, se comenzaron a materializar con el cierre de varias Casas de la Cultura. Un rotativo local informaba el pasado 8 de diciembre, que: “El personal laborará hasta el 22 de diciembre. Habitantes lamentaron la desaparición de estos espacios de enseñanza”, según un artículo de La Prensa Gráfica, que habla sobre cierres en el occidente del país.

En esa ocasión, el medio señala que las casas a cerrar en este mes son: Apaneca, Concepción de Ataco y San Pedro Puxtla, “serán clausuradas” se precisaba en la información. Al respecto, el ministerio no ha fijado ninguna posición oficial, hasta la fecha todo sigue bajo rumor.

Las denuncias han continuado esta semana, específicamente el 13 de diciembre, en un comunicado, a través de redes sociales se conoció la posición del Colectivo de Artes Plásticas y Escultura Ix Yawual, en el cual dicen: “…rechazamos enérgicamente el cierre de Casas de la Cultura del país, estos sucesos se están llevando a cabo sin ninguna explicación lógica y argumentación firme que justifique el cierre…”.

Además añaden que “el abandono del Ministerio de Cultura es otro golpe bajo y retroceso alejándonos del patrimonio de nuestras raíces culturales propiciando un espacio quitando oportunidades para la juventud y niñez que visitan estos espacios…”.

Ix Yawual lamentó que en departamento de La Paz, se tenían 16 casas de la Cultura, actualmente “las que quedan menos de 10 están con el cuello en la guillotina”, y sin poder protestar por temor a represalias. “Pedimos que se detengan, ya Basta!!”, enfatizan.

“De qué sirve inaugurar una biblioteca si cierran las del interior del país”, reclamaba el pasado 14 de diciembre, el usuario de redes sociales, Herbert Orellana, quien lamentaba los cierres en las casas de la cultura de: El Rosario, la de San Pedro Masahuat, San Pedro Nonualco y San Miguel Tepezontes.

También ese mismo día el colectivo “Quezaltepeque Músicos El Rosario” denunciaba los cierres, por lo que expresaron su descontento y puntualizan que las Casas de la Cultura “son de suma importancia, siendo un lugar de desarrollo de habilidades para nuestros niños y jóvenes, y sirviendo como un eficaz medio de prevención de violencia”.

Por tanto, remarcan en su llamado: “…pedimos a las autoridades del ministerio de Cultura que por favor NO cierre estos espacios y busque las formas necesarias para que continúen y apoyar a los diferentes proyectos del arte y cultura en los distintos pueblos…”.

Otra de las casas de la Cultura cerradas para este 2023, son: Apopa, San Marcos, y las anteriormente mencionadas. No obstante, oficialmente no hay información, y todo se da en silencio. Muchas de las casas ya hicieron sus inventarios y otras comenzaron el traslado de sus bienes a otros espacios, ante los cierres que se vienen, en redes sociales se ve cómo personal del ministerio ha comenzado a mover muebles y otros artículos.

Muchos coincidieron que este es un proceso igual al que se dio al inicio de esta administración gubernamental, cuando se les obligó a cerrar sus bibliotecas que funcionaban en las Casas de la Cultura, dándoles plazo para deshacerse de sus colecciones, a cambio de modernas ediciones que se les ofreció, algunas recibieron material literario otras aún siguen esperándolo, y la mayoría se encaminan al cierre definitivo. En un país donde se tiene la Biblioteca Nacional más grande de la región, pero que la misma juega más un rol turístico que académico, y municipios con modernos “cubos” que no son más que modernas salas de video juegos y esparcimiento para la niñez y juventud.

La Atlacatl cumple 64 años entre recuerdos y nostalgia por el ayer

14 Dic

Por: Iván Escobar

En la víspera de la noche buena de 1959, muchas familias fueron beneficiadas con un nuevo hogar, por parte del Instituto de Vivienda Urbana (IVU). Para 1960 habilitó la entrega oficial de las casas y apartamentos del Centro Urbano “Atlacatl”, ubicado al norte de la ciudad de San Salvador, y el cual formaba parte de un plan de vivienda digna que impulsaba el gobierno central.

Familias de escasos recursos, que venían esperando desde mucho tiempo atrás una solución al problema de falta de vivienda, tuvieron acceso a una a finales de la década de los 50´s, en un país donde a la fecha aún se siguen teniendo carencias de hogares dignos. En aquellos años, los vecinos de la colonia Atlacatl, comenzaron una nueva vida.

Esta colonia se edificó a partir de los proyectos urbanísticos de la administración del Coronel Oscar Osorio, presidente de la república de aquel entonces, y quien estuvo en el cargo entre 1950 y 1956. Este centro urbano fue producto de una planificación estratégica y de largo plazo del que fuera el IVU y la Dirección de Urbanística y Arquitectura (DUA).

Dichos proyectos habrían sido ejecutados por la administración del Presidente José María Lemus, quien estuvo en el cargo posterior a Osorio, pero que en octubre de 1960 sufrió un golpe de Estado, dando paso a una Junta de Gobierno, de civiles y militares.

Ante este panorama, muchos vecinos siempre comentan que la colonia estaba diseñada para ser habitada por familias de militares. Y no es de extrañarse, desde los años 30´s altos mandos del ejército en el país tuvieron acceso a importantes proyectos de bienestar social, y la vivienda no era la excepción. Además a finales de la década de los 50´s los problemas políticos no faltaban, y los golpes de Estado igual estaban presentes.

No obstante, tanto el IVU como DUA señalaban que estos proyectos urbanísticos eran “con el fin de dar respuesta al creciente déficit habitacional”, por lo cual, buscaban en las “intervenciones los principios del ideal moderno y buscando satisfacer las necesidades intrínsecas al ser humano: individualidad (vivienda digna); libertad (escuelas, casas comunales, parques recreativos, entre otros), y universalidad (conjuntos urbanos/ciudad)”, se señala en el ensayo de Andrea Alejandra Barahona, publicado en la Revista Realidades, en 2017.

Una colonia con mucha simbología

A parte de ser una las colonias con importantes espacios para el desarrollo integral de las familias, y de las más antiguas de la capital, como son también colonias como: Monserrat, la 5 de Noviembre, la Zacamil, entre otras, estos centros urbanos cuentan con iconos y personalidades a su paso de vida.

Este próximo fin de semana, se cumplen 64 años de que la colonia fue inaugurada. Con la rifa de las llaves, sorteo que realizaron las autoridades en la plaza Quiché, mejor conocida como el “Redondel del Indio”. ¿Pero por qué se le dice el indio?

La respuesta puede encontrarla uno, cuando llega a este espacio, donde se encuentra la escultura del “Indio Atlacatl”, obra del escultor salvadoreño Valentín Estrada. Muchos hoy en día, en esta colonia desconocen el origen de esta escultura, y que representa una de las piezas artísticas más importantes en el desarrollo de esta rama del arte, en nuestro país.

Estrada trabajó y logró traer la pieza al país con mucho esfuerzo. La misma la hizo en los años 20’s, en España. Al llegar acá, se le denominó “el Indio Atlacatl”. Aunque nada tiene que ver con la ancestralidad indígena de nuestro país, comenzado por su nombre, que está en mexica (mechica) y por su apariencia más a los apaches del norte, que a los nativos centroamericanos, por ello enfrentó burlas en sus inicios y hasta aprovechamiento de parte de las autoridades gubernamentales para impulsar una falsa identidad.

Pero hay que tener en cuenta, como recordara años atrás el escritor salvadoreño, Manlio Argueta, en un artículo de opinión en un periódico local, “…algo que no supieron los políticos y urbanistas de barriada es que Estrada posó de modelo frente a un espejo. ¡Y Atlacatl es Valentín Estrada! Él lo asumió ante sus vecinos, y el olvidado se eterniza mientras dure el bronce de su obra”. Este dato, lo confirma también el pintor salvadoreño Armando Solís, en su libro: “Yo, Atlacatl, memorias de un escultor”.

Con ello, dejamos en claro, el misterio y hasta atractivo que fue para las primeras generaciones de la colonia Atlacatl, la pieza que aún se conserva en la plaza Quiché, algo dañada por el tiempo y con la carencia de piezas como: el arco y las flechas. Cabe recordar que la escultura estuvo en la parte oriente de la ciudad, en la Avenida Independencia por mucho tiempo, y fue en 1961 que llegó a la colonia para luego entronizarse como símbolo de la comunidad.

Este último dato, se confirma en una fotografía del periodista Adrián Aldana, que captó en 1961 cuando la escultura aún estaba en proceso de ubicarse, en la imagen aparecen unos niños, entre ellos José María Galeano, quien es uno de los fundadores de la comunidad y ha sido una persona muy activa en el rescate de la memoria y trabajo comunitario de la misma.

Nos recordó, que en 2010 la administración del entonces alcalde Norman Quijano, intentó llevarse la imagen. “Pero la comunidad no dejó”. En una carta que tiene, fecha del 30 de noviembre de 2010, la municipalidad expresa entre otras cosas “…que después de constatar el valor e importancia que todos los ciudadanos de la Colonia Atlacatl han demostrado hacia el monumento hemos determinado suspender dicho proyecto…”, ello asegura Galeano fue un logro. Muchos vecinos que han llegado a vivir a la zona últimamente desconocen este tipo de situaciones, por lo cual, las generaciones anteriores piden que se cuide y se mantenga en orden la comunidad, por el bien de todos.

También en la colonia habitó un Presidente de la República

Como ya se dijo, la colonia estaba diseñada para militares en un inicio. Y en los años primeros, vivieron algunos importantes jefes militares que forman parte de la historia política y militar de este país. Uno de ellos, fue el ex Presidente Arturo Armando Molina, quien residía en la Avenida Atlacatl, también vivió en la zona el General Medrano, conocido como “el chele Medrado”, quien fue director de la entonces Guardia Nacional, que estaba ubicada en las cercanías de este centro urbano.

Otro de los vecinos fue el Mayor Perdomo, entre otros. Además han vivido y viven en el lugar, artistas, escritores, periodistas, músicos, políticos, entre otros, menciona Galeano.

Muchos de sus fundadores ya partieron

Las nuevas generaciones de la colonia, les cuesta pronunciar los nombres de algunos pasajes, o no entienden el porqué de ellos. Como los pasajes: Singüil, Goascorán, Michapa, o la Diagonal Cypatly o la calle Cypatly, o espacios cercanos como la “Casa Maya”, Chimalapa, Jaltepeque, Urbina, entre otros pasajes ubicados en los alrededores, que son mezcla entre nombres náhuatl (mexicano) y en nahuat (en nuestra lengua ancestral).

Sus primeros habitantes no obstante, se alegraban que la comunidad contara con esta variedad, pues sentían un tanto de identidad.

Con el correr del tiempo, la comunidad ha ido perdiendo a muchas personas, entre ellas, “mi padre que trascendió en 2010, él junto a mi madre fueron de los primeros que llegaron a habitar la colonia, él me contaba cómo, un 16 de diciembre se hizo la rifa de las casas en el redondel, y esa misma navidad de 1959 llegaron a la nueva vivienda, sin nada, pero felices de contar con un hogar”.

Hurgando entre sus cosas, encontré recientemente un llavero con el número de la casa y el nombre del pasaje, que recibió en aquella oportunidad.

Esta misma situación vivieron, las familias Cacao, Albayero, Galeano, Castillo, Fagoaga entre otras.

Entre los que ya partieron recuerda Galeano a: Juan García, Fabio Evelio Palacios, Luis Martel, Tito Quinteros, Carlos Escalante, Graciela Rivas, Concepción Quintanilla, “solo el señor Arnoldo Rivas está vivo, algunos de este sector”, comentó.

Este fin de semana, la directiva de la colonia realizará la tradicional fiesta, en el redondel, con piñata, payasos y pasteles para los chicos.

La Guadalupana, símbolo de fe y devoción

12 Dic

Masiva presencia de salvadoreños en La Ceiba

Por: Iván Escobar

Miles de personas han acudido este 12 de diciembre, desde tempranas horas, a la Basílica de la Virgen de Guadalupe, en Antiguo Cuscatlán, como parte de las festividades en honor a la virgen morena. La Ceiba, como es conocido el templo, ha recibido gran cantidad de personas provenientes de distintas partes del país, incluso de naciones vecinas.

Por generación en nuestro país, las familias salvadoreñas mantienen viva, hasta la fecha, una de las mayores tradiciones católicas, la fe en la Virgen de Guadalupe, la cual se conmemora cada 12 de diciembre, al igual que en otros países de América Latina.

La iglesia católica conmemora hoy el Día de la Virgen de Guadalupe o la “Guadalupana” como tradicionalmente se le conoce a la virgen morena, cuya imagen en 1531 se le apareció en el monte Tepeyac, al indígena mexicano, Juan Diego – ahora declarado santo por la iglesia – y la cual se le recuerda con fervor año con año. En México esta es la principal tradición católica que se vive en estos días.

Desde tempranas horas de la madrugada se han hecho presente familias salvadoreñas hasta el municipio de Antiguo Cuscatlán, para participar en las festividades religiosas y ser parte de una las tradiciones más fuertes en el país. Hasta un poco antes del mediodía, el ingreso hasta el altar mayor, tardaba cerca de cuatro horas, que los penitentes debían esperar en fila desde calles aledañas, y al ingresar continuar el lento transitar hasta el lugar donde se encuentra la imagen de la virgen.

Padres y madres de familias con pequeños en brazos, en coches o caminando los más grandecitos, esperaron pacientemente por muchas horas. Bajo el frío de la mañana, y luego el candente sol. Uno a uno los penitentes avanzaban con arreglos florales, velas, imágenes y más símbolos propios de la temporada dedicada a la virgen morena.

Grandes y chicos vestían ropa de manta los hombres, y vestidos coloridos las mujeres, en recuerdo al indígena Juan Diego. Entre conversaciones, espera, la compra de uno que otro recuerdo, o un refrigerio los peregrinos avanzaban hasta cumplir su objetivo. Otras personas en penitencia iban con los ojos cubiertos, o descalzos en símbolo de sacrificio por algún favor concedido o petición.

En El Salvador la tradición ya cuenta con muchos años, ya que solo el templo conocido como “La Ceiba”, ubicado en Antiguo Cuscatlán, y que resguarda la imagen, tiene más de 100 años de haber sido bendecido y que se autoriza su construcción. Al mismo acuden miles de personas cada diciembre.

El 12 de diciembre de 1922 el padre Antonio Brunetti con la orden de los Somascos bendicen el primer santuario de veneración en El Salvador.

Por ello, a él llegan desde diferentes partes del país, incluso de la región centroamericana llegan a visitar a la Virgen de Guadalupe, en agradecimiento por un año más de vida, milagros concedidos o la petición por sanación de enfermedad, gratitud por estudios culminados o en agradecimiento por un empleo digno, entre otras formas de expresar su fe a la virgen morena.

La Ceiba y su tradición peregrinación

Hasta hace unos años atrás, las visitas entre el 9 y 12 de diciembre a La Ceiba eran multitudinarias, no obstante con la pandemia la situación cambió, y ahora si bien se han reanudado las visitas al altar mayor y la tradicional peregrinación, la misma se desarrolla de forma diferente.

Luego de la pandemia, las filas de veneración se comenzaron a hacer desde las calles que están en la parte de atrás del templo, como por ejemplo el boulevard La Sultana, bajando por la Calle Mediterraneo, ante el volumen de personas, se habilitaron ingresos por algunas zonas. Este 2023 la comunidad religiosa de La Ceiba informó a través de sus canales oficiales que “la ruta de la fila de veneración iniciará en la calle San Jerónimo Emiliani e ingresará por el portón sur de la parroquia”, es decir, por el lado de la clínica parroquial.

Al ingresar esta área, los peregrinos recorren media cuadra hasta llegar a un espacio a un costado del templo, donde avanzan uno tras otro, entre las 11 filas y media, para luego tomar un último tramo que llega hasta el templo, y por ende al altar mayor. En horas de la mañana, el recorrido duraba entre 4 a 5 horas.

Los Caminantes Guadalupanos una tradición que traspasa fronteras

Los Caminantes Guadalupanos Salvadoreños es un esfuerzo de católicos que desde 1970 fomentan la fe hacia la Guadalupana. Y en diciembre, entre el 9 y 12 visitan el Cobertizo, una pequeña capilla, edificada por manos salvadoreñas y guatemaltecas, en Esquipulas, Guatemala, donde se venera a la Virgen de Guadalupe.

Este 2023 no ha sido la excepción, una comitiva ha viajado este 12 de diciembre hasta tierras guatemaltecas para venerar a la Virgen, y preservar esta tradición que cuenta con el acompañamiento de pobladores de ambas naciones.

Es de destacar, que en el marco de las fiestas dedicadas al Señor de Esquipulas, en Guatemala, los caminantes viajan a pie cada año, en el mes de enero desde la ciudad de Metapan, en El Salvador, hasta Esquipulas en la vecina nación, tradición que el próximo año cumplirá su vigésimo cuarto aniversario.

Para este martes, la comitiva que ha viajado desde San Salvador, se encarga de preparar el altar de la virgen, y recibir a los peregrinos que llegan desde diversas partes. Con ello, los salvadoreños mantienen viva una tradición de fe para la virgen morena, que ya trasciende fronteras.

Es así, que en La Ceiba, acá en El Salvador y en el Cobertizo, allá en Esquipulas, se suman a las conmemoraciones que se celebran en toda América Latina, siendo México la nación impulsora de esta tradición.

Desde la cosmovisión indígena

Algunas personas deslegitiman el fervor de la religiosidad hacia la virgen de Guadalupe, y atribuyen esta tradición, al mestizaje, ya que la misma se inició poco años después de la invasión europea.

No obstante, podemos hablar de un sincretismo, ya que hay estudios y explicaciones de poblaciones originarias, que comentan que la tradición a la virgen de Guadalupe, está arraigada, en este caso, en México a una deidad ancestral indígena.

Y es que no es extraño asociar la religiosidad con las tradiciones propias de las poblaciones originarias. Incluso, desde el hecho de que la misma tradición comienza con la presencia de la imagen que quedó plasmada en la tilma (o vestimenta) del indígena Juan Diego, y cómo éste fue testigo ante representantes de la iglesia católica de esa época para llevar el mensaje, de que se construyera un templo. Ahora, en este lugar se encuentra la Basílica de Guadalupe, en México.

De acuerdo a información histórica que hoy se conoce, el origen de la tradición se dio en tiempos de la conquista española, cuando la corona del imperio español fomentaba el sometimiento de las poblaciones originarias, a partir de la religión católica.

“Las peregrinaciones y, específicamente el culto a la Virgen de Guadalupe (Tonantzin), representa la máxima expresión del sincretismo en nuestras tierras”, expresa la página del Gobierno de la Ciudad de México, en la cual se añade: “(es) símbolo de la conjunción entre el pasado glorioso y el respeto por nuestras tradiciones”.

En tal sentido, por estas fechas es visible en México que parten de diferentes lugares peregrinaciones que llegan hasta la Basílica, para venerar a la virgen. Portando sus vestimentas ancestrales, mezclando cantos y danzas, con oraciones y peticiones en la actualidad se vive grandemente este fervor, que está ligado a la fe.

Uno de los que dejó testimonio de esta tradición que comenzó el 12 de diciembre, fue José Gómez, en su “Diario de Sucesos Nobles” (1665-1793), quien precisó que fue en la época virreinal cuando se dedicaba la devoción.

En El Salvador la tradición sigue viva este 2023, desde el pasado fin de semana miles de salvadoreños han acudido en familia para agradecer a la Virgen de Guadalupe, los favores recibidos. Las autoridades religiosas ya han diseñado todo un plan operativo para recibir la mayor cantidad de personas este martes 12 de diciembre.

La segunda lectura también abre la puerta del conocimiento

5 Dic
El sabor de los viejos libros no lo sustituye la tecnología

Por: Iván Escobar

Los libros son fundamentales en su vida, las letras han estado presentes en su formación profesional, su quehacer tanto como docente normalista y desde finales de la década de los 90’s como librero lo mantienen como una de los guardianes de la literatura urbana, en pleno siglo XXI.

Él, es Jesús Villegas Castillo, mejor conocido como “Don Chuz”, un hombre que por casi 30 años mantiene uno de los pocos espacios que van quedando como resguardo de la memoria y la literatura de segunda mano, en la periferia del centro histórico de San Salvador. Además, se declara un ferviente seguidor de Mons. Oscar Arnulfo Romero, de quien dice aprendió mucho y llegó a conocer, por lo cual su quehacer está basado «en su filosofía», precisa.

Villegas es profesor graduado de la Escuela Normal, de la cual salieron generaciones de docentes y maestros de gran talla en el sistema educativo de nuestro país. Además, es Licenciado en Letras de la Universidad de El Salvador, por lo cual su bagaje cultural es tan grande, como los rimeros de libros apilados en la pequeña “Librería de Segunda Lectura”, la cual se ubica sobre la Av. Mons. Romero (antes 2da. Av. Norte).

Sentado en un banco de madera, en medio de cientos de libros, cientos de historias de todo tipo, es la muralla de conocimiento que le ha acompañado por 28 años a Villegas, quien comenzó esta labor titánica de incentivar la lectura de segunda entre los capitalinos. Recuerda que sus inicios fueron cuando vivía en la 9ª. Calle Poniente, siempre en las cercanías de El Diario de Hoy.

“Ya tengo 35 años de estar por aquí”, comenta mientras observa la calle, y asoma una mujer, que le saluda y le dice: – Hola don Chuz, hoy no va a salir verdad, tiene visita. Él responde: – jajaja, mire puede hacerme un favor, traerme una libra de comida para el animalito, luego le doy el dólar. Ahora, estamos aquí conversando-. La mujer le responde positivamente.

Don Chuz comenta que la casa de enfrente donde se encuentra actualmente, era donde continuó su negocio, “pero ahora ahí, es un hotel (hotel El Paraíso), y pues me tocó venirme para acá a alquilar, está poniéndose caro todo, y los arrendamientos no se quedan atrás. Pero aquí vamos a seguir”, comenta como todo un disciplinado guerrero que no renuncia a su misión.

Una de las cosas que lo llevó a poner la librería de segunda, la cual se fundó el 15 de julio de 1995, ha sido el interés formador y orientador para que otros aprecien, valoren y sobre todo disfruten de la literatura.

Comenta que sus grandes influencias en su labor docente y el mundo de las letras, fueron: Don Mariano García Villas, de ascendencia española y padre de Marianella García Villas, fundadora de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, y quien fuera torturada y asesinada por el ejército salvadoreño, en 1983, uno de los casos que continúa en la impunidad en estos tiempos.

“Él fue para mí una persona de la cual aprendí mucho, imagínese, ese tipo de hombres formado en Europa, eran la talla de maestros que teníamos, y de los cuales aprendimos tanto, nos sensibilizaban y enseñaban mucho”, recuerda, mientras observa la portada de un libro biográfico de Marianella, que acabo de compartir con él, y el que de inmediato me dice: “Lo voy a leer pronto, muy interesante”.

También recuerda a García Huertas, otro de los maestros que influyó en su formación y preparación. “Yo les apreciaba mucho a ambos”, añade.

Lectores de El Salvador

“Lectores de El Salvador” era la idea con la cual partió Don Chuz en este quehacer como librero, y el fin era que todo libro que tenía quería que los demás lo conocieran, aprendieran de él, y sacarán lo que más les interesaba en su tiempo y espacio. De ahí, pensó en habilitar un espacio de su vivienda para que las personas llegaran a leer los libros con los cuales contaba, una especie de pequeña biblioteca comunitaria.

Frecuentaba el centro, fue uno de los fundadores de las ferias del libro que se llevaron a cabo en el centro histórico de San Salvador, en San Miguel y en Santa Ana también, con la Cámara del Libro, también acompañó los esfuerzos conjuntos con libreros del Parque San José, el cual hasta antes de 1997 fue el epicentro de ventas de libros usados en la capital.

Con el transcurrir de los años, asegura que hoy si bien tiene el deseo de continuar, el paso de los años cobra factura, y pues está consciente que todo llega, se desarrolla y termina. “Pero mientras tanto, vamos a seguir aquí, mi deseo es que la gente lea. Yo vendo libros de hasta dos coras ($0.50 centavos de dólar), de dólar, no es que tenga pisto (dinero), pero lo que me interesa es que si viene alguien y quiere el libro, que se lo lleve con sus posibilidades. No es un negocio meramente, es una labor social. Claro que tenemos gastos y necesidades, pero ahí vamos”, señala.

Los días transcurren entre lecturas, conversaciones con amigos y nuevos clientes. Libros se van, otros llegan en donación, “estos discos me los acaba de dar una señora, yo ahí los pongo a disposición”, dice mientras señala una caja plástica con un puñado de CD´s de película y música.

Las librerías de segunda mano, con el reordenamiento del centro histórico de San Salvador, cada vez son menos. Hoy podrán contarse con los dedos de las manos, pero no se debe a la tecnología, su impacto. No, los lectores siguen buscándolas, lo que pasa es que a la fecha no existen políticas de ninguna administración municipal ni gubernamental para valorar estos espacios del saber. La “revitalización” del centro histórico, ha llevado a muchos a cerrar, por el encarecimiento de los alquileres, don Chuz, sabe que esto impacta sin duda. Con la nueva biblioteca en la capital, espera que se comience de verdad una política de privilegio a la literatura nacional, a los espacios de difusión de pensamiento, de lectura y compra de material literario, y no se quede el país en lo estético.

“Hay que ver qué pasa, por ahora vamos a continuar nosotros con nuestra labor, aquí los esperamos a los lectores, sabemos que la tecnología no sustituye el buen sabor de hojear un libro, palpar su tinta, y acariciar sus páginas”, precisa.

Joyas literarias

Entre su gama de literatura, tanto nacional como extranjera, tiene de todo. Poesía, novela, historia, narrativa en inglés, libros técnicos, de derecho, salud, en fin de todo.

También tiene lo que considera su “joya”. Y sin duda, es un documento histórico, el cual se titula: “Libro de Oro”, en él se lee: “Librería de Segunda Lectura”, es un libro empastado con cientos de páginas, con datos del negocio y en cada página dos espacio para que todo aquel visitante o donante de libros para el espacio, lo firmen y dejen un pensamiento.

Arranca la bitácora con el registro de David Escobar Galindo, cuyo mensaje lo dejó el 30 de julio de 1997, es decir, a pocos días de aperturado el espacio. El escritor salvadoreño plasmó: “Leer da conocimiento, da sabiduría, siempre se aprende más con la Segunda Lectura: ¡Adelante, amigos!”. También dejaron sus mensajes, el recordado poeta: Massi, Salvador Juárez. El poeta Ricardo Castrorrivas, entre otros nacionales y extranjeros que salen y han salido, y continuarán otros más saliendo satisfechos de su intercambio con las letras, con los libros, con las historias de don Chuz.