Archivo | febrero, 2022

Kaltunal una puerta para el arte, la cultura y la ancestralidad

21 Feb

Por: Iván Escobar

Kaltunal es una palabra de origen náhuat, la familia Carrillo la tomó para bautizar su proyecto cultural en el municipio de Panchimalco, al sur de la capital. “Casa del sol” es un espacio ubicado en el parque escultórico de esta localidad, y tiene como finalidad  la difusión de las artes, la cultura y la ancestralidad.

Juan Carlos Carrillo y su esposa Elizabeth siempre habían querido un espacio físico, para materializar el sueño de compartir las expresiones artísticas, y el conocimiento de nuestra cultura. “El proyecto se viene gestando desde hace 20 años, ya venía la idea, ahora estamos muy felices de poder estar en este espacio y difundir la cultura”, expresa Carrillo.

“Bienvenidos a nuestro templo”, es la frase con la cual Juan Carlos recibe a las personas, comenta que fue en diciembre de 2021 cuando inauguraron la pequeña galería, que ahora tiene como fin convertirse en una peña cultural en este municipio, además tienen a la venta artesanías propia del lugar; “aquí apoyamos a los artesanos para que comercialicen sus productos”, añade Elizabeth.

Una sonrisa y atenciones a todo visitante complementan el recibimiento ameno en este espacio que desde ya se perfila como un referente cultural, en el parque temático. Ocupan una de las cabañitas que la municipalidad cuenta para ventas de artesanías y otras iniciativas de carácter cultural.

Kaltunal regala una vista hermosa al visitante

La pequeña terraza ubicada en el corazón de la localidad, tiene una vista hermosa y relajante para todo visitante, los cerros y la vegetación a los alrededores, dejan en evidencia la belleza natural de la zona.

Panchimalco es característico por sus tradiciones religiosas, y festividades como la dedicada a las flores y las palmas, en el mes de mayo. También el parque temático de esculturas «Puerta del Sol», es ya un referente, comenzó con la instalación de las esculturas elaboradas por artistas locales, y de otras naciones que participaron en “II Simposio Escultórico Internacional” en esta localidad, en 2014, desde entonces el espacio cuenta con una serie de expresiones propias de la cultura ancestral y del municipio.

Carrillo dice que Panchimalco es un lugar importante en la cultura de El Salvador, y él que ha recorrido varios lugares, aprendiendo de los abuelos, y compartido con otras poblaciones hermanas tanto en El Salvador como en otras naciones, le da un valor grande estar en este lugar.

Kaltunal además de ofrecer la galería y la sala de venta de artesanías, es un lugar para el encuentro y aprendizaje, así es que entre sus metas próximas están las clases de dibujo que ya están siendo ofrecidas por artistas locales, Héctor Andrés y Juan Carlos Alférez, dos jóvenes artistas plásticos formados en la Casa Taller Encuentro de Miguel Ángel Ramírez, estas clases las imparten los sábados por la mañana y son gratuitas.

ACOPANCHI una cooperativa de mujeres emprendedoras

Como sabemos Panchimalco tiene un alto atractivo turístico y cultural, y así como los promotores culturales que impulsan el esfuerzo Kaltunal, hay emprendimientos como la cooperativa ACOPANCHI, la cual está integrada por 15 mujeres de esta localidad, que producen bordados propios y vestimentas, además resguardan el “paño de Pancho”, el cual elaboran con telar de cintura.

Marta Celia Carrillo compartió que en este espacio ubicado siempre en el parque escultórico, tienen desde hace cuatro años este esfuerzo, además del pequeño taller, se tiene la sala de venta. “Somos un grupo de mujeres bordadoras, antes trabajábamos para las fábricas (maquilas), pero como al ver mucha explotación, realizamos nuestro esfuerzo de forma independiente”, comentó Carrillo.

Las mujeres de ACOPANCHI comentan que en la maquila les pagaban por una pieza bordada el valor de $1, lo cual se traducía en un salario precario, y los horarios eran extensos, por ello fundaron la cooperativa que ahora es una oportunidad para resguardar el telar, las vestimentas propias del pueblo, y elaboran nuevos productos a precios justos.

Estos proyectos tienen como objetivo el desarrollo cultural del municipio, así lo dejaron en claro los representantes de ambos esfuerzos.

El Náhuat expresa el sentimiento de los abuelos

18 Feb
Nana Amparo, en Yucuaiquín mantiene las tradiciones.

Texto y fotografías por: Iván Escobar

Las abuelas y abuelos en las comunidades indígenas representan el conocimiento vivo de las tradiciones y costumbres, hoy en día son los principales guardianes y referentes de nuestra lengua materna, en la cual expresan un canto respetuoso a la vida, a la naturaleza, a su entorno. El náhuat es una lengua viva, y son las mujeres quienes en el hogar, en la comunidad se responsabilizan de promoverla en pleno siglo XXI.

A través de historias, cantos y rituales las comunidades indígenas siguen preservando la lengua originaria. “Cuando fue prohibido el náhuat y solo fue doméstico, los abuelos lo hablaban en el hogar. El canto les da vida, les hace reverdecer”, expresa Franco Huixtemi, conocedor de la temática, y uno de los profesionales que impulsa la iniciativa de aprendizaje del náhuat en las generaciones presentes.

En El Salvador las poblaciones indígenas han sufrido marginación y exclusión desde tiempos remotos, también han sido víctimas de engaños y robo constante de sus saberes, hoy en día la realidad no ha cambiado, siguen siendo víctimas de la pobreza, y la falta de oportunidades de desarrollo.

La lengua materna, es decir el náhuat, que es una vertiente del náhuatl (mexicano), aunque algunos estudiosos atribuyen mayor antigüedad a la lengua salvadoreña, ha sido motivo de persecución desde la masacre de 1932, cuando se acabó con la vida de miles de indígenas de la zona occidental del país. También existen registros de esa masacre en poblaciones de Panchimalco e Ilopango, en el departamento de San Salvador, comenta Huixtemi.

A 90 años de la represión y persecución contra las poblaciones indígenas, se evidencian las políticas de invisibilización que vienen desde el mismo Estado, lo cual ha llevado a casi exterminar al náhuat, pocas son las comunidades que conservan la lengua ancestral. El municipio de Santo Domingo de Guzmán, ubicado en el occidental departamento de Sonsonate, es una población que aún preserva su lengua, y tiene nahua hablantes, es decir salvadoreños que tuvieron como lengua primaria el náhuat, y de forma secundaria el castellano, el cual aprendieron a partir de los 7 ó 10 años.

“Hay razones curiosas por las que en este pueblo se ha conservado el idioma, una quizá es la geografía porque cuesta un poco el acceso, y las represiones que hubieron en tiempos pasados no llegaron a este pueblo, entonces eso hizo que más abuelos pudieran conservarlo”, comenta el Tamachtiani William García, un joven estudiante universitario, quien desde hace un par de años convive y aprende directamente de la comunidad.

García enseña náhuat a través de una iniciativa de conservación de la lengua ancestral, destaca que hoy en día hay muchos esfuerzos, y el Estado ha comenzado a interesarse en los últimos años, produciendo algún tipo de material didáctico que por ahora es impartido a docentes del sector público.

Nantzin Isabel viuda de Jiménez.

No obstante, algunas abuelas como Isabel Ramírez viuda de Jiménez, originaria de Santo Domingo de Guzmán, y del cantón Carrizal, cree que el método que las autoridades de educación promueven no es el idóneo, porque el náhuat es una enseñanza ancestral, por tanto no puede replicarse como una lengua joven. “No es repitiendo como periquitos que se aprende”, enfatiza la abuela, que comparte que en su hogar es cotidiana la lengua, pero hoy en día las nuevas generaciones ya no quieren aprenderla.

Esta apreciación la respalda, Margarita Guillén, consejera espiritual del municipio de Izalco, también en Sonsonate, quien reitera que la lengua materna no se aprende si la persona interesada no conoce sobre la cosmovisión, ya que es así cómo se desarrollan las comunidades indígenas.

“La mujer es la responsable de mantener la cultura, por eso se le llama lengua materna…y para poder hablarla primero hay que entrar en la cosmovisión, porque la cosmovisión es la forma cómo miran nuestros abuelos el vivir y relacionarse con toda la naturaleza y todo lo que está alrededor de nosotros”, señala Guillén.

Añade que un factor esencial para todo aquel que quiera aprender es el respeto: por la vida, por la naturaleza, por la comunidad, por la palabra. Y recuerda que las comunidades han sido víctimas de engaños; pero muchos hoy irrespetan la palabra, el compromiso. “Si usted aprende a respetar va aprendiendo a sentir la energía positiva de cada lugar, usted ve que la espiritualidad tiene mucho que ver con la lengua, todo está conectado, todo es parte de un todo, nuestros abuelos eso tenían, el respeto por todo”, puntualiza.

Nantzin Isabel, es una mujer que comparte sus saberes, pero es celosa con quien lo hace, “a mí no me gusta andar cantando o que me tomen fotos, porque no soy chacha”, replica, cuando algún visitante de Santo Domingo de Guzmán, se lo pide. Dice que otras personas se prestan a ello, por dinero.

Una realidad latente en las comunidades es la pobreza, y eso ha llevado a muchas abuelas y abuelos a ser parte de actividades o proyectos de investigación de profesionales o extranjeros. Pero están conscientes que muchas veces existe el aprovechamiento, y cuando se extrae la información no les apoyan. “Se meten a aprender de la comunidad…pero al final, a quienes menos toman en cuenta son a las ancianas, y se alejan de la comunidad…muchos están ganando de lo que la abuela les enseñó, pero no hay una retribución”, reclama Guillén.

Hay que agradecer la lucha de los abuelos

Por ahora, comparte William García, que de acuerdo a cifras de la Casa de la Cultura de Santo Domingo de Guzmán, en esta localidad hay 350 hablantes del náhuat, que conservan la lengua materna. “Yo desde que estaba en la panza de mi mamá ya me hablaban en náhuat”, le comparten algunas abuelas, a García.

Por su parte, Huixtema de acuerdo al contacto que ha tenido con las abuelas y abuelos, en distintos poblados de El Salvador actualmente solo en tres pueblos hay nahuahablantes, los cuales son: Santo Domingo de Guzmán, Cuishnahuat y Nahuizalco. «Son personas que nacieron hablando el náhuat…hace muchos años se hablaba de que habían unos 200 nahuahablantes, después de la pandemia quedaron menos, porque varios murieron, ya son personas de la tercera edad, hemos perdido un montón de abuelos», confirma. Y Añade que hoy en día ya solo van quedando los neohablantes, que serían las personas que tuvieron el castellano por primer idioma, y el náhuat como segunda lengua; es decir, la generación que estaría aprendiendo.

Nantzin Andrea López, desde hace 11 años forma parte del proyecto “cunas náhuat”, que en Santo Domingo de Guzmán, trabajan por la difusión de la lengua entre las nuevas generaciones. Ella, también comparte que en su hogar siempre se habló náhuat, con el tiempo y la presión social se ha ido perdiendo, pero ella, se lo enseñó a su hija y a su nieta, porque no quiere que la lengua muera.

“El idioma no lo olvidamos nunca hasta que me muera”, reitera, mientras recuerda que con el tiempo, se perdió el habla natal en gran parte de la población, además las mujeres renunciaron al uso del refajo, vestimenta tradicional. Al enseñar dice que “esa semilla la voy dejando en mi nieta y mi hija”, comenta la mujer, quien junto a sus otras tres hermanas son mujeres nahua hablantes de Santo Domingo de Guzmán, que apoyan la enseñanza. “Nosotros no queremos que muera el idioma, hay muchas personas que nos dicen, para qué vamos a aprender”, precisa.

Día del náhuat

Visita didáctica de docentes y algunos profesionales a Santo Domingo de Guzmán.

El decreto legislativo  #598, de febrero de 2017 declara el 21 de febrero de cada año como el “Día Nacional de lengua náhuat”, tomando en consideración lo siguiente: “que en la actualidad la lengua náhuat pervive como un legado cultural de las comunidades indígenas asentadas en el occidente del país; sin embargo, su transmisión se remonta a varias migraciones de grupos nahuas hablantes que poblaron el territorio salvadoreño entre los siglos VIII y XIII”.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) estableció desde noviembre de 1999, el día 21 de febrero como: Día Internacional de la Lengua Materna. En El Salvador este año se cumplen cinco años de la declaración por parte del Congreso salvadoreño, del día dedicado al náhuat.

Tanto los nahua hablantes como representantes de las comunidades indígenas, consideran positivo los esfuerzos encaminados a que no desaparezca el náhuat, pero hacen el llamado a que se entienda la cosmovisión, se atiendan las necesidades de las poblaciones indígenas, que sufren la extrema pobreza, además la pandemia del COVID-19 aumentó su vulnerabilidad.

Cabe destacar que en nuestro país también hay esfuerzos en el oriente del país, por rescatar la lengua Potón, correspondiente a los Lencas, una de las impulsoras de este esfuerzo es la Nana Rosario Amparo, de Yucuaiquín, La Unión.

Las poblaciones indígenas demandan hoy en día, que se les permita decidir y reorganizarse para enfrentar las nuevas realidades, piden soluciones a sus problemas, la lengua ancestral es un eslabón importante para unirlos.

En Berlín, la cultura y el arte tienen su espacio

9 Feb

Por: Iván Escobar

La ciudad de Berlín, ubicada en el departamento de Usulután es un asentamiento de origen Lenca, de acuerdo a sus lugareños, además algunos comparten historias que hacen saber al visitante que la zona fue punto de llegada para poblaciones pipiles que dieron paso a una riqueza cultural y lingüística, es decir era un punto de encuentro de nuestros ancestros.

Ubicada en el corazón de un cerro, y rodeada de impresionantes paisajes se levanta esta población que data de 1885, pero fue el 19 de abril de 1904 cuando se le otorga el título de “Villa”, y el 10 de mayo de 1909, se le da el título de “ciudad”.

En este espacio territorial, los amantes del arte y la cultura pueden compartir y aprender de sus tradiciones, además intercambiar con artistas locales, en el Centro Cultural y cafetería “Romeo Molina”, fundado a finales de 2021, por el periodista y escritor salvadoreño Romeo Molina, oriundo de esta localidad.

Molina tiene una trayectoria de más de 20 años en el periodismo nacional, es productor televisivo y de espacios noticiosos, tanto en El Salvador como en Estados Unidos, comparte que la guerra que vivió el país entre 1980 y 1992 lo alejó de su tierra natal, hoy se reencuentra con su gente y llega con los ánimos de aportar al desarrollo cultural.

En su vasta experiencia profesional, también ha desarrollado la escritura y la poesía, y el trabajo social apoyando a familias de escasos recursos. La situación económica ha sido un factor que por momentos ha frenado sus sueños, pero dice con alegría que “seguimos aquí, porque algo que nos caracteriza es que somos testarudos y no nos dejamos vencer, pese a los obstáculos”.

Es así que con lo mínimo dio vida al centro cultural, que además es un espacio donde pueden los visitantes compartir buena comida y bebidas, así como disfrutar de un ambiente relajante, en el corazón de la ciudad. Romeos Restauran y la cafetería, están ubicadas en la calle que conduce al mirador a un costado de la iglesia y parque de la ciudad.

Trabajo social.

Ahí Romeo y su equipo de trabajo les espera y abre las puertas a los artistas salvadoreños que deseen presentar sus obras o quieran realizar alguna jornada en pro de la cultura. Los murales del artista plástico Luis Ventura “El Macizo”, son el distintivo de estos espacios que les espera para compartir y aprender más de la cultura de Berlín.

Recitales poéticos, conciertos, obras de teatro, exposiciones son algunas de las actividades que pueden desarrollar tanto artistas locales, como de diversas partes del país, así como colectivos interesados en la promoción de la cultura salvadoreña. “Este espacio es de ustedes, y les invitamos a que nos visiten, compartan con la gente, y lo mejor puedan dar a conocer lo que están haciendo”, es la invitación que hace Romeo a todos los artistas.

En este espacio usted también encontrará literatura nacional, así como las obras de Romeo Molina y otros autores nacionales, el espacio dice su fundador lo dedica a los artistas y amigos que le han acompañado en su andar, y se abre con el fin de aportar a la cultura de su pueblo natal, y en general.

Tomás feliz cumpleaños!!!

1 Feb

Por: Iván Escobar

El año pasado (2021), la vida me permitió una gran experiencia. A petición de la familia del colega periodista, Tomás Antonio Martínez Medrano (Tomás Andréu), se me encomendó recopilar y garantizar la publicación de un libro compilador de parte de su labor periodística.

Es así que un día, en Galería Kolibrí, espacio alternativo de arte y cultura en el corazón de San Salvador, estábamos compartiendo un café con Andy Martínez, hermano de Tomás. Ahí él, externó junto a otro de los gestores culturales, Napoleón Carranza, sobre qué posibilidad había de sacar un libro, “rescatando todas sus entrevistas, que están en su blog y yo tengo otras, pero que se lograran publicar en libro sería un gran rescate”, comentó con entusiasmo Andy.

La petición caló en nosotros, y en mi caso particular, me puse a disposición y comencé a recopilar todas las entrevistas que considerábamos eran importantes incluir. Con Tomás fuimos colegas en Diario Co Latino, pues nosotros somos una generación de periodistas que surgió después de 1992, es decir, somos la generación de post guerra, la generación que nació luego de la firma de los Acuerdos de Paz, y que en una medida comenzamos a formarnos y a ejercer nuestra labor de forma distinta a la generación de la guerra, aunque bajo esa referencia de experiencias innumerables.

Claro somos la generación que valora grandemente el trabajo y la experiencia de los colegas periodistas que dieron cobertura al conflicto armado, además tenemos un interés en la historia, en la memoria, ese era un tema recurrente en el trabajo de Tomás.

Y el libro que publicamos en noviembre pasado, con apoyo de Asociación de Arte y Cultura para el Desarrollo Social (As-Arte), y bajo el sello de «Dos Alas Editorial», se tituló: “Tomás Andréu y su legado periodístico. Crónica de un artista”. Sabemos que Tomás hizo muchas entrevistas, compartió miles de conversaciones con fuentes y colegas, escribió su poesía en silencio y tantas cosas más que evidencia que Tomás fue un periodista comprometido, una persona con mucha creatividad. Eso era parte de lo que hoy estaba en el libro.

Como lo digo en la presentación del libro: “…aquí encontramos una veintena de entrevistas e informaciones en las cuales el periodista interactúa con políticos, religiosos, artistas, actores sociales, es decir, una variada gama de entrevistas que él seleccionó…”.

Me quedó en el punto “…él seleccionó”, sí él fue el responsable de escoger o proponer quizá muchas de las entrevistas que hoy hemos leído, o en su momento en los medios en los cuales publicó. Quiero compartirles una situación que vive cuando estaba seleccionando las entrevistas que primeramente se publicaron en “A la deriva de Diógenes” el blog personal de Tomás. Ya había concluido la selección de cerca de 25 entrevistas, pero algo me decía que era necesario explorar más, confieso que desde un inició recorrí el archivo del blog con gran cuidado. No obstante, luego de esa voz que constante me pedía volver, realice una nueva exploración.

La sorpresa fue que me encontré con varias entrevistas de personajes ejemplares, y no sé cuál era la razón por la cual no las vi en las anteriores revisiones. Solo pensé, “estas son las entrevista que quería que escogiéramos”, y en definitiva así era, revisé las ya escogidas, y resulta que habían cosas que me obligaron a quitarlas, y exactamente quedaron las últimas seleccionadas y el documento sentí que estaba completo.

Con esta experiencia no puedo más que concluir, en que Tomás fue un profesional comprometido con su labor, fue un entrevistador acucioso, y además muy interesado en los temas culturales a profundidad, en las personas y los hechos. Era una persona que defendía sus ideas y debatía con propiedad.

Este artículo lo dedico a su memoria, ya que este 3 de febrero Tomás Andréu estaría cumpliendo 42 años de vida. Nació el 3 de febrero de 1980 y falleció el 12 de mayo de 2019, fechas que han quedado grabadas en la memoria de sus familiares, su madre y su hermano, sus amigos y colegas de siempre, y por supuesto quienes nos sumamos a través de sus textos y sus versos para preservar la memoria de un gran periodistas y escritor que dejó un gran legado, a pesar de su corto transitar por este mundo.

Feliz cumpleaños Tomás!!!