Archivo | junio, 2022

El poeta Tirso Canales falleció este 29 de junio

30 Jun

Por: Iván Escobar

A las 11:45 de la mañana de este miércoles 29 de junio, falleció en la ciudad de San Salvador, el poeta de la generación comprometida, Tirso Canales, una de las voces rebeldes de la literatura salvadoreña, que dejó un legado literario en el cual retrató fielmente las necesidades y dolores de su patria. “…Descansa en paz bello guerrero, mi amado papá…vuela alto…Papá”, expresó en una red social minutos después Alma Rossia Canales, hija del escritor.

Canales venía sufriendo quebrantos de salud desde hace muchos meses atrás, en diciembre de 2021 sufrió una recaída de una complicación de salud previa y que había tenido recuperación. Seis meses después su situación se agravó, y un día antes su familia informó que “había ganado una nueva batalla”, luego de nuevas complicaciones. Hoy se conoció la partida física del poeta.

Antonio Tirso Canales Monterrosa nació el 2 de enero de 1930 en la ciudad de San Salvador, fue un autor que cultivó géneros como: la lírica, el cuento, la crítica y el ensayo. Poeta de gran talento, perteneció a la “Generación Comprometida”, de la cual estuvieron Roque Dalton,Roberto Armijo, José Roberto Cea, Manlio Argueta, entre otros grandes de las letras de mediados del siglo pasado, y que a través de sus letras retrataron los distintos fenómenos sociales de la pequeña nación centroamericana.

Su talla de escritor fue valorada a nivel internacional, fue parte del jurado del Premio Literario Casa de las Américas y participó en numerosos eventos literarios. Los viajes, se destaca en una de sus biografía, fue la segunda gran pasión de Tirso, después de la literatura. También se desenvolvió como articulista de medios impresos, entre ellos, Diario Co Latino, donde publicó por mucho tiempo la columna: “Fantasmario”, un espacio de análisis político social en torno a las situaciones que vivió nuestra nación a finales del siglo pasado y principios del siglo XXI.

La obra de Tirso fue variada, entre sus más destacados textos están: “Lluvia en el viento”, “Los Ataúdes” y “Crónicas de las higueras y otros poemas”.  

Poesía

La literatura fue una pasión para Tirso, y en los últimos años continuó escribiendo, analizando el país que le vio nacer, y el cual en algún momento confirmó muchos dolores: represión, muerte, persecución, una guerra, un proceso de paz, un proceso democrático en avance y las agresiones permanentes de sectores de poder y derecha.

Este dolor por su tierra, por su sangre, lo deja expresado en textos como en su poema “Danza con agradecimiento”, en el cual el escritor salvadoreño  plasma  con sus versos interrogantes como: “…¿Qué es la sombra / sino luz enlodada? / Sé de mis cuatro días / sobre el buen corazón (de esta pelota) / que desangra el espacio /donde vibra entiendo: / bien puede en el futuro haber tiempos felices / calentados con polvo de mis huesos”.

Solidaridad literaria

Minutos después de conocerse la noticia de su fallecimiento, amigos e intelectuales conocidos del escritor salvadoreño, se solidarizaron con la familia del poeta Canales. Académicos, periodistas, escritores, poetas, artistas y particulares se unieron en el dolor, y expresaron sus emotivos mensajes de condolencia.

“Tirso Canales. El cielo es ahora su hogar y su remanso. Sus versos danzan en el vuelo de las gaviotas, mientras el mar llora con su adiós. Dios llene de fortaleza a su familia y a toda nuestra comunidad literaria! Gracias por su legado y su voz”, expresó la escritora salvadoreña Yanira Soundy.

Por su parte, el poeta y escritor Álvaro Dario Lara, expresó sus condolencias a través de la publicación de dos fotografías con el poeta Tirso Canales, “en memoria del querido amigo y escritor”, subrayó Lara. Las imágenes que presentó en su red social, son de acontecimientos de 1996 y de 2001.

“Duele la muerte. Hasta siempre tú inmortal Fantasmario y tu palabra, gran hacedor de la palabra, Tirso Canales”, expresó en su red social, el poeta Mauricio Vallejo Márquez.

La periodista Mónica Rodríguez, a través de una imagen publicada en su red social, externó sus condolencias a la familia del poeta. “Así recordaré a Tirso Canales”, escribió.

El periodista Nestor Martínez, en su cuenta personal externó también sus condolencias con la redacción de un “Réquiem para mi querido amigo Tirso Canales”, en el cual resalta la figura del hombre y escritor de todos los tiempos.

José María Galeano, en su red social recordó al poeta quien fuera su vecino en la colonia Atlacatl, en esta capital; y de quien remarca que guarda muy buenos recuerdos de su abuela, su madre, su esposa y toda la familia del poeta.

Las voces de solidaridad y condolencias siguen llenando las redes sociales, fotografías pasadas y recientes, con su familia, con escritores, con artistas de otras disciplinas, escribiendo y otras tantas actividades que Tirso realizó por años, como activista y luchador social, y escritor de toda época. Un testigo de nuestra historia ha partido. ¡Hasta siempre Tirso Canales! Tus letras sin duda seguirán presentes en este pueblo.

Antigua Guatemala, la ciudad de los detalles de un pasado colonial

28 Jun

Por: Iván Escobar

La ciudad de la Antigua Guatemala, sigue siendo uno de los principales destinos turísticos en la República de Guatemala, para miles de turistas que le visitan en toda temporada para disfrutar de una de las ciudades más vinculadas con la colonia española en territorio centroamericano.

A dos años de la pandemia de COVID-19 que paralizó muchas actividades, y en especial el turismo internacional, muchos ahora han vuelto a la mítica y colorida “Ciudad de Santiago de Los Caballeros”, como también se nombró a esta localidad ubicada a 45 kilómetros de la ciudad capital, en el departamento de Sacatepéquez.

La ciudad guarda en su arquitectura, en su patrimonio, en su gente mucha historia, sobre todo aquella de cuando llegaron a tierras centroamericanas los conquistadores españoles. La misma está flanqueada por los volcanes de Agua, Fuego y Acatenango, mezcla su arquitectura detallista con el paisaje natural del país de la “eterna primavera”.

Hoy en día son muchos lugares que ofrecen al turista comidas, espacios de esparcimiento y conocimiento de su historia, como museos, galerías de arte, ventas comerciales, espacios públicos, así como de alojamiento para todo tipo de turista, desde aquel que llega en la visita de día o los que prefieren pasar varias semanas o meses atraídos por los templos, ruinas de iglesias y monasterios, que dan un toque estético a la urbe, que a pesar del avance de la modernidad, sigue manteniéndose en ese encanto del pasado arquitectónico que resguarda memoria.

Asentamientos previos

Se dice que la Ciudad de Santiago de los Caballeros, tuvo tres asentamientos: en 1524 fue fundada en Iximché, en el lugar conocido como Tecpán Goathemalán; en 1527 se traslada al valle de Almolonga, siento el primer asentamiento permanente de la capital del Reino de Guatemala, la cual fue arrasada por una correntada desde el volcán de Agua, tragedia que es recordada por los lugares como una de las más trágica.

Al final la ciudad se fundó en el Valle de Panchoy, como 2da. Capital del Reino de Guatemala, bajo el nombre de Santiago de Los Caballeros, y hoy se le conoce como Antigua Guatemala.

Su fecha de fundación fue el 10 de marzo de 1543, ciudad que fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, en 1979. También el Congreso guatemalteco la declaró como “Monumento Nacional”, en 1944; el Instituto Panamericano de Geografía e Historia, emitió resolución para declarar Antigua Guatemala como “Ciudad Monumento de América”, en 1965, entre otros reconocimientos que hacen de la ciudad un espacio de gran valor cultural.

Sus calles empedradas, casas amplias, tejados, detalles arquitectónicos, colores, y estructuras propias, son parte de los grandes tesoros que los turistas logran disfrutar en su visita. Además de encontrarse con la religiosidad, como el pasado fin de semana que se llevó a cabo la procesión del Corpus Christi en la cual participaron con gran devoción los feligreses católicos, entre mucha devoción y mucho colorido.

Otros atractivos turísticos

Además conocer sus calles, su arco, los innumerables templos bellamente edificados. El turista puede conocer otros lugares para contemplar la ciudad desde planos distintos.

Un ejemplo de esta opción es “Earth Longe”, considerado “el mejor mirador” desde el cual se aprecia una impresionante vista de los volcanes vecinos y guardianes de la ciudad.

Este albergue que además funciona como una opción para comer y disfrutar de las vistas, es una granja de aguacate, así nació el concepto hace muchos años atrás, y se ubica a 7 kilómetros de la Antigua Guatemala, a 6 mil pies en las montañas sobre la ciudad.

El lugar ofrece opciones para convivir entre amigos o familias, hacer caminata, disfrutar de rica comida, y la vista del paisaje. También hay alojamiento y espacio para otras actividades de relajación y conexión con el entorno.

También los visitantes pueden disfrutar de la arquitectura y tranquilidad del Barrio de San Esteban, el cual ofrece una bella arquitectura y oportunidad para disfrutar y contemplar el desarrollo del mismo. Caminar por su parque, que forma parte del tesoro patrimonial del conjunto de la ciudad.

Las puertas y sus decorados

Al caminar por las calles de la Antigua Guatemala, ya sea bajo la lluvia o el sol, de día o de noche, uno puede pasar horas encontrando detalles estéticos que encajan correctamente con el entorno de la ciudad.

Desde estructuras antiguas, destruidas por terremotos en el pasado o el paso del tiempo, hasta aquellas que han sobrevivido a los años, y otras que han llegado en la actualidad y se han integrado a la vistosidad de la ciudad.

Es así que uno puede apreciar detalles de marcos de puertas principales, columnas, balcones, baldosas, maderas, figuras, estatuas, y por supuesto manijas o aldabas, o mejor conocidos como picaportes o llamadores, los cuales se pueden encontrar variedad de ellos, en el exterior de templos, casas particulares, espacios culturales o religiosos, y negocios de toda índole.

De acuerdo, a una publicación en “xplorandoguatemala.com” se comparte que “las manijas y las puertas pretendían en un instante transmitir la nobleza, poder político y social, clase social, dignidad y respeto de quienes ocupaban dichas residencias o bien edificios de función pública”.

Estas piezas son expresiones de “arte colonial”, y son un “fenómeno decorativo y arquitectónico único en toda Guatemala”, se dice por los lugareños.

Así como los turistas, como Jer Garbarino, periodista y viajera, quien relata en su blog personal, que los “llamadores de puertas” son parte de la “herencia española”. Y recuerda que los primeros se pusieron en las puertas de las iglesias, y eran una opción para optar al derecho al asilo, aquellos que lo requerían.

Fausto Sánchez, historiólogo creativo en un texto de su autoría confirma este último dato, y comparte que las aldabas o llamadores, eran las piezas articuladas, que en la modernidad fueron sustituidas por los timbres o los portones automáticos. Hoy meramente cumplen una función ornamental.

Por lo general estos llamadores son: de metal, bronce y latón. Y se componen de cuatro piezas: Placa, que es la plancha de chapa; Espigón, que es una pieza alargada con una anilla en el extremo; Martillo, que es con la cual se golpea; y Tas: la pieza que recibe el golpe.

Estas piezas tienen su origen en la Edad Media, en sus inicios fueron argollas o aros de hierro, las primeras formas pasaron a pequeños martillos, y a lo largo del medioevo adoptan formas diversas de animales (cabezas de león).

En el siglo XIX, el estilo historicista y el Art Nouveau, la aldaba se convierte en un elemento ornamental de los edificios, siguiendo el historicismo, aldabas neogóticas y medievalistas, y aldabas con formas orgánicas, inspiradas en la naturaleza, siguió el estilo Nouveau-modernista, comparte Sánchez.

Hoy en día, este tipo de piezas puede verse en muchas casas, en sus puertas o portones, además de detalles de trabajo en madera para decorados de las viviendas, balcones forjados en hierro, y una variedad de llamadores, con estilos muy propios.

Sin duda todo esto refleja la influencia de la conquista en la localidad, que se combina con el día a día de las comunidades indígenas de la nación centroamericana. En sus calles no es extraño encontrar hombres y mujeres, familias enteras ofreciendo coloridas artesanías, bordados llamativos, y amuletos que provienen de las comunidades mayas de las aldeas vecinas.

En este mar de ofrecimientos, el turista puede apreciar trabajos propios de algunas zonas específicas de los poblados, así como otro tipo de elementos que permiten llevar un pedacito de la ciudad.

El pepián una comida típica

Entre opciones para una buena comida, los turistas tienen amplia variedad, hoy en día muchos extranjeros viven del arte culinario y ofrecen distintas opciones en restaurantes y hoteles del lugar, exóticos y costosos algunos.

Pero no pueden superar, el buen gusto de las comidas tradicionales como el pepián, que es una comida de origen Maya, específicamente del departamento de Chimaltenango, un platillo a base de un caldo acompañado de cerdo, res o pollo, y arroz, sin faltar las tradicionales tortillas, propias de la tradición alimenticia de las culturas mesoamericanas.

Esta comida la puede encontrar en establecimientos privados o algunos comedores populares, a costos accesibles. Entre otras degustaciones al paladar.

Sin faltar los tradicionales dulces o golosinas que ofrecen los pobladores a todo visitante.

Así la Antigua Guatemala, ha retomado su actividad cultural. Y es una opción turística para salvadoreños, y demás centroamericanos, así como turistas de diferentes partes del mundo que llegan en temporadas o cuando quieren conectar con la ciudad y sus tradiciones coloniales.

De San Salvador, esta localidad se encuentra a cinco horas, y es una opción turística de gran valor.

“Nos llaman brujos, pero en nuestra gente está el saber”: Apantumac

22 Jun

Por: Iván Escobar

“¡El fuego está danzando!, ¡el fuego está danzando!” repetía el pequeño Galileo, al ver los destellos del fuego sagrado durante la ceremonia ancestral indígena, en ocasión del Solsticio de Verano, que se conmemoró este martes 21 de junio de este año, en el cantón el Amatillo, Sector II paso hondo, El Rosario, departamento de Cuscatlán.

Alrededor de 50 personas se reunieron en el sitio sagrado TOJ, que se traducen como: “ofrenda”, para rendir tributo a la madre tierra, al aire, al agua y al fuego por las energías positivas que llegan a la humanidad para vencer la oscuridad del mal. En la tradición indígena, se celebran al año, dos solsticios y dos equinoccios.

El tata Apantumac, responsable de la conducción del ritual ceremonial de esta ocasión y en representación de la Asociación de Consejos de Pueblos Originarios de Cuzcatán (ACOPOC) recordó que esta es una herencia indígena, que dejaron las abuelas y abuelos que día a día agradecían a los elementos naturales, a la madre tierra por los frutos, por las coses, por la salud, por la vida, por lo cual no debe ser olvidada.

“Hoy es un día para agradecer…y Galileo, traduce el comportamiento del fuego como una danza, porque eso es, el fuego sagrado está danzando para nosotros en agradecimiento porque estamos aquí”, expresó el Tata Apatumac.

Quien recordó que el sistema impuesto, y en especial el sometimiento sobre las poblaciones indígenas de nuestro país, posterior a la invasión española “eso nos heredó, que renunciáramos a nuestras tradiciones”, dijo. Y recordó que la forma más directa fue a través de la iglesia, y el acusar constantemente a nuestras abuelas, como brujas, por ser parteras, por ser cuidanderas de nuestra identidad, llamando brujos a nuestros abuelos, por el simple hecho de curar con plantas.

En pleno siglo XXI, las poblaciones indígenas preservan en espacios rurales sus tradiciones ancestrales, las cuales con los años han transferido a poblaciones urbanas, y jóvenes para que conozcan el por qué debemos ser agradecidos con la madre tierra, “y dejar de dañarla, como hasta ahora ha sucedido. La naturaleza no nos daña, nosotros le causamos males, perdónanos madre tierra, y gracias por tu herencia”, expresó.

Un altar naturalmente sagrado

Las personas invitadas a la ceremonia, provenientes de poblaciones cercanas y de San Salvador, llegaron desde tempranas horas de este martes 21, para ser parte del ritual. Acomodadas en círculo, bajo la sombra de los árboles, después de una noche lluviosa, en pleno invierno se realizó el ritual que duró más de tres horas, con la presencia de un fuego sagrado cargado de energías.

Velas de color, velas de sebo, frutas, estoraque, flores, canela, azúcar, chocolate, cacao, dulce de panela o atado, pan dulce, entre otros fueron los elementos que integraron el altar ceremonial, ofrendado en este solsticio. “La panela y lo dulce, es la ofrenda del hermano Manuel”, comentó Apantumac.

En referencia a Manuel Sánchez, responsable del centro ceremonial TOJ, y quien recibió con alegría a los invitados para ser parte del encuentro.

El tata Makuil Usumajti (cinco monos y fin), conocedor de la medicina natural, destacó el conocimiento de nuestros abuelos, pero en particular de nuestro pueblo, que en cada uno de nosotros a estas fechas aún se conserva alguna u otra tradición que contribuye a enfrentar cualquier quebranto de salud.

Durante la ceremonia, los tatas al frente de la misma, consultaron en repetidas ocasiones a los presentes, sobre qué “métodos” recuerdan o “receta” sabían de parte de sus padres o abuelos, encaminados a curar  cualquier mal de salud. Hierbas como la ruda, hojas de eucalipto, jengibres, en agua hervida, con limón, chichipinse, quina, orégano entre otros son utilizados por generaciones para diversos males: resfriados, gripes, dolores.

Apantumac recordó que la medicina “moderna” solo parte del negocio de la salud. Puso como ejemplo, la reciente pandemia de COVID-19, muchas personas «en el campo la vencieron con medicina natural”, compartió.

Así como la medicina natural transforma y guarda nuestros cuerpos, compartieron, es un ejemplo, de cómo la madre tierra cuida de sus habitantes. “Por ello, debemos darle las gracias y cuidar lo que nos queda aún”.

Las poblaciones indígenas en resistencia

Las poblaciones indígenas, y las comunidades que forman parte de ACOPOC, así como otros grupos o poblaciones de diversas partes del país, mantienen estas tradiciones, como parte de su herencia y ante todo resistencia para no perder ese eslabón con la memoria, con la identidad.

Cada tres meses ACOPOC mantiene estos encuentros, y ceremonias en las cuales además de agradecer se comparte el saber de cada asistente, y a través de dudas que se despejan con testimonios reales, y experiencias compartidas por cada persona, se de esta forma se construye aprendizaje en colectivo.