Con la voz de resistencia de los pueblos indígenas y el dolor expresado por los afectados del Régimen de Excepción implementado en el país, por la actual administración gubernamental, se inauguró este lunes 24 de octubre del presente año, el XVIII Congreso Internacional de Derechos Humanos “Herbert Anaya”.
La actividad inició este lunes 24 y continúa hoy martes 25 de octubre, la misma está enmarcada en el 35 aniversario de la captura, tortura y asesinato de Herbert Anaya Sanabria, el 26 de octubre de 1987, quien en ese tiempo presidía la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador.
Mirna Perla, abogada de la república y viuda de Anaya, lamentó que a 35 años del crimen de su esposo, el caso sigue en la impunidad al igual que tantos más que se cometieron en tiempos de la guerra. Además ve con preocupación las decisiones del gobierno actual, que dejan en claro un avance cada día hacía una “dictadura”, remarcó en el acto de inauguración de la jornada.
La familia de Herbert Anaya cada año le rinde homenaje por su lucha incansable en defensa de los derechos de las y los salvadoreños. Es así, que la Asamblea Legislativa, declaró el 26 de octubre como el Día Nacional de la Defensora y el Defensor de los Derechos Humanos en El Salvador.
El Congreso Internacional reúne a personalidades tanto nacionales como extranjeras, especializadas en el área de la defensa de los derechos humanos así como representantes de las comunidades indígenas del país y de Guatemala, profesionales del derecho, comunicadores, académicos y víctimas de la guerra y afectados por el régimen de excepción vigente en El Salvador desde hace siete meses.
En ese sentido, el Colectivo de Derechos Humanos “Herbert Anaya Sanabria”, denominó el XVIII Congreso Internacional, con el lema: “El Salvador a 35 años: Las niñas, niños y jóvenes tenemos nuestra propia voz”, ya que también se realiza la sexta edición de la feria del conocimiento, un espacio de expresión y aprendizaje para las nuevas generaciones en materia de derechos humanos.
Durante la primera jornada, se desarrollaron tres foros: “Pueblos Originarios 530 años después la historia se repite”, “Institucionalidad salvadoreña en defensa de los Derechos Humanos y la impunidad en El Salvador, a 35 años”; y “El Derecho al agua, como lucha histórica frente a los proyectos de muertes”.
Las primeras tres temáticas fueron analizadas y expuestas por un selecto panel de personalidades que coincidieron en la necesidad de organizarse como sociedad frente a la amenaza constante de violaciones a sus derechos. Por tanto, la resistencia es una voz latente entre las comunidades ancestrales indígenas, tanto de El Salvador como Guatemala, así lo expresó durante su participación la lideresa maya kaqchikel, Rosalina Tuyuc, fundadora de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA).
“Los pueblos indígenas no buscamos venganza, sino que no queremos que se repitan las violaciones que sufrimos en el pasado”, con estas palabras Rosalina Tuyuc, dejó en claro que las poblaciones originarias, después de 530 años de la invasión siguen sufriendo marginación, explotación y amenazas.
Lo cual reforzó Manuel Fernández, representante de la comunidad indígena de Santiago Texacuangos, al externar durante su participación que “530 años después seguimos diciendo que nuestra cosmovisión llama a la dignificación de la vida. Lo que queremos los pueblos originarios, es vivir bien y en paz”.
Para Nantzin Vilma Escobar, artista y defensora de la madre tierra Maya mam de Guatemala, en su intervención afirmó que “desde el arte estamos resistiendo, ha sido fundamental y con ello estamos alzando nuestra voz, la semilla de la identidad”.
En el panel 2, referente al tema de la institucionalidad del país, participaron: el Juez Juan Antonio Durán, destacado defensor de la Constitución de la República; Rafael Segura, defensor y sobreviviente de tortura, integrante del Comité de Ex Presos Políticos en El Salvador (COPPES); Salomón Alfaro, del Movimiento de Trabajadores Despedidos; Alfredo Mejía, representante del MOVIR, movimiento de víctimas del Régimen; y Henri Fino, directivo de FESPAD. Los cinco coincidieron en que actualmente el país, enfrente un retroceso marcado, desde la llegada al poder el actual gobierno, por lo cual ven con preocupación la serie de violaciones que impera y la utilización de las instituciones y órganos del Estado, con el fin de amedrentar y amenazar a la población que exige sus derechos.
Los representantes de este panel creen necesario también el trabajar en unidad, y enfrentar como sociedad la actual problemática, para enrumbar lo que según ellos, “está siendo afectado por las decisiones del Presidente Nayib Bukele”.
Durante este primer día del Congreso, la jornada finalizó con el foro dedicado al tema del agua, los panelistas fueron: Mercedes Monge, defensora histórica y miembro del Círculo de la Palabra de Santiago Texacuangos; Nantzin Sofía Morán, defensora de la madre tierra y de las comunidades que defienden al Río Sensunapán, de Sonsonate; así como el Tata Ramiro Vicente, guía espiritual del pueblo Maya mam, de Guatemala.
Monge, Morán y Vicente ven con preocupación el deterioro ambiental que sufre el planeta, y en particular los pueblos en las naciones centroamericanas, por la amenaza de empresas transnacionales que solo buscan la explotación de los recursos.
Para las poblaciones indígenas, “el agua no es un recurso, es un elemento sagrado que nos da vida, y hay que defenderlo”, externó Morán, en relación a la lucha que por más de una década llevan en Sonsonate, en defensa del río Sensunapán, amenazado por la construcción de una represa.
El Tata Ramiro, indicó que para las abuelas y abuelos de las comunidades ancestrales, el agua es “vida sagrada”. Por tanto en cada ceremonia que practican en Guatemala, en sus comunidades el elemento agua está presente, y es valorado.
Además dijo que han emprendido una lucha en defensa del vital líquido. Instó a la población en El Salvador, “a no permitir la privatización” del recurso hídrico y defenderlo porque es vida.
“En la guerra sufrimos mucho y no queremos que se repita en estos tiempos eso que vivimos”, subrayó Mercedes Monge.
La organización y unidad es fundamental para que la sociedad enfrente las nuevas realidades, y sobre todo rinda un homenaje permanente a las víctimas del pasado, concluyeron los organizadores, en esta primera jornada.